El creciente debate alrededor del crimen a manos de solicitantes de asilo tiene contra las cuerdas al alcalde Eric Adams, que suma derrotas en sus intentos de controlar la gestión de la policía.
Que unos inmigrantes recién llegados a la Gran Manzana le den una paliza a policías en Times Square es de por sí una imagen que da la vuelta al mundo, pero a la vez transmite un mensaje opuesto al que quiere proyectar el ex capitán de policía que se postuló con el reto de mejorar la seguridad pública.
El ataque, captado por las cámaras, en el que se puede ver a los inmigrantes pateando a los agentes en la cabeza y la espalda, ha provocado una condena generalizada. Los sospechosos fueron arrestados y luego soltados sin fianza. Al contrario, salieron de la comisaría de forma desafiante ante la prensa.
"Hay una epidemia de violencia y las pandillas trafican con la muerte en nuestros vecindarios"
Este episodio junto a otros sucesos en la misma zona donde bandas organizadas de inmigrantes han perpetrado robos en motocicletas, da alas para que los republicanos usen los incidentes y pongan el foco de sus críticas en la gestión de la seguridad ciudadana.
Una de las voces más directas en culpar a Adams ha sido el que fuera candidato republicano para disputarle la alcaldía al ex policía, Curtis Sliwa, quien fundó en 1979 Los Ángeles Guardianes, y utiliza el característico uniforme rojo en todas sus apariciones públicas.
Sliwa criticó duramente a Adams, a raíz de los incidentes con inmigrantes y lo acusó al alcalde de ser responsable del problema. Además, calificó de "intocables¨ a las bandas de inmigrantes que se dedican al delito. Para el alcalde afroamericano, es un golpe durísimo porque con el malestar policial y la falta de respuestas efectivas a la violencia queda en duda el que era su principal activo antes de asumir su cargo actual, cuando era miembro de la policía de Nueva York.
"Todo esto empezó cuando Eric Adams, un hombre fanfarrón sin ningún plan, invitó a los extranjeros ilegales a quedarse en Nueva York, los alojó en todos los hoteles de Times Square, donde permanecen cobrando 400 dólares la noche, y ahora forman pandillas", le dijo el republicano a LPO.
"En lugar de ser enviados a prisión sin fianza y entregados a ICE (la agencia federal de inmigración) para ser deportados, los dejaron en libertad", dijo Sliwa. "Están de vuelta en las calles para hacerlo una y otra vez, y por eso Los Ángeles Guardianes decimos basta de esto¨.
Sliwa cuestionó las ayudas a inmigrantes y también la gestión de la policía. "Le dieron una paliza terrible a dos policías. y los agentes estaban indefensos porque no podían tener porras, Adams se las quitó a los policías hace mucho tiempo. Estaban indefensos", afirmó a LPO.
Adams pretende revertir medidas que complican el trabajo de la policía en el marco de un proyecto de ley de transparencia policial, pero sus intentos de quitar trabas a los agentes no han funcionado. Esta semana, el Ayuntamiento de Nueva York anuló el veto del alcalde a dos proyectos de ley que ampliarían la documentación de las detenciones policiales y pondrían fin al confinamiento solitario.
Una votación de 42 a 9 fue la gran derrota para Adams que deja al descubierto una creciente brecha entre el alcalde y los demócratas que dirigen el Consejo. Los agentes de policía deberán registrar ahora la raza, edad y género de la mayoría de las personas que detengan y se prohibirá el confinamiento solitario en las cárceles de la ciudad de Nueva York.
Adams luchó contra la anulación hasta el último momento, pero sus esfuerzos por persuadir a los miembros moderados del consejo fracasaron: el proyecto de ley de responsabilidad policial recibió 7 votos a favor más que cuando se aprobó por primera vez en diciembre.
La seguridad en Nueva York ha sido un tema constante en el escrutinio al alcalde, pero con la crisis migratoria, ambas cuestiones han confluido y generan titulares constantes. La cuestión de la violencia perpetrada por inmigrantes, que los medios conservadores relatan con pelos y señales, alimenta una imagen negativa hacia los recién llegados a los que Adams quiere ayudar con permisos de trabajo y tarjetas de crédito. Desde Albany, la capital del estado, la gobernadora Kathy Hochul fue más contundente y manifestó que "debería examinarse" la deportación cuando los inmigrantes cometen delitos contra la policía.
Nueva York es una ciudad santuario, es decir, niega su cooperación con el gobierno federal para hacer cumplir la ley de inmigración y, amparándose en ese status, organizaciones en defensa de los inmigrantes ven peligrosas las declaraciones de la gobernadora demócrata.
"Hemos luchado para garantizar que haya un proceso porque es lo mínimo que los inmigrantes y las comunidades de las que forman parte merecen antes del resultado extremo de la deportación", dijo a LPO Yasmine Farhang, directora del Proyecto de Defensa de Inmigrantes. "La idea, propugnada por la gobernadora, de que deportaríamos a personas sin considerar las ramificaciones es muy imprudente", insistió.
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