La crispación crece en Nueva York con el telón de fondo de la llegada de inmigrantes y preocupa por igual a demócratas y republicanos. La diferencia radica en cómo gestionar la crisis migratoria, pero todos coinciden en que hay un problema.
Un poderoso grupo de organizaciones de derechos laborales y de inmigración en Nueva York está pidiendo a la administración Biden que amplÃe los derechos de los migrantes, que acelere sus permisos de trabajo y que ayude a aliviar la presión sobre los servicios sociales. Con el sistema de refugio desbordado y el inicio del curso escolar, varios representantes municipales participaron de un acto frente a los tribunales en Manhattan para reclamar a Biden que agilice los permisos laborales de los solicitantes de asilo.
Brad Lander, de 54 años, es el director financiero y el auditor jefe de las agencias de la ciudad de Nueva York que tiene a cargo el control de su desempeño y gasto. Lander acompañó al alcalde Eric Adams en el acto en el que solicitó al gobierno federal más fondos para atender a los migrantes. En conversación con LPO, el funcionario resaltó que los neoyorquinos no deben ver a los recién llegados como una amenaza.
La crispación social se ha empezado a manifestar en las calles en las últimas semanas, ¿es algo que preocupa a la administración?
Estamos trabajando para mejorar la situación, y eso pasa por que les den a los solicitantes de asilo el permiso que necesitan. Asà podrán apoyar a sus familias y prosperar en Nueva York. Estoy orgulloso de estar aquà para pedir al gobierno federal que acelere las autorizaciones, extienda el estatus de protección temporal y apoye el reasentamiento temporal en Nueva York.
Parece que ha habido muchas diferencias entre estamentos gubernamentales con la crisis migratoria.
Es algo que podemos trabajar de manera conjunta, la ciudad, el estado y el gobierno federal, pero también empleadores, organizadores comunitarios. Y ya lo estamos viendo con el trabajo desde el ayuntamiento. Sin ir más lejos, tres mil personas esta semana en la ciudad de Nueva York han tramitado solicitudes de asilo y trabajo. Y vamos a asegurarnos de que haya cientos y cientos más. Son buenas noticias que el Estado también haya empezado a proporcionar dinero para ello. Queremos que todos los que aplican para el asilo puedan trabajar. Tenemos que ir con cuidado también con el odio que se intoxica fácilmente.
¿Qué le dice a los vecinos que ven estos inmigrantes como una amenaza?
El trabajo del que hablamos no quita trabajos de los americanos de generaciones, son trabajos que nadie quiere hacer. Las industrias nos dicen que necesitan trabajadores y vemos que hay gente que quiere trabajar. Los neoyorquinos no deben enfadarse con los solicitantes de asilo, como mucho con el gobierno. El gobierno federal debe comprometer recursos que permitan recibir a los migrantes con dignidad. Por fin hubo un acuerdo de Biden con la gobernadora (Kathy) Hochul, pero necesitamos acciones concretas como los permisos de trabajo.
Lander es un polÃtico progresista, descrito como uno de los más izquierdistas de la ciudad, y recibió los apoyos de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez o la senadora Elizabeth Warren. Su presencia en Manhattan con otros cargos electos muestra la unión a nivel local en el tema migratorio para mandar un mensaje unÃsono con el alcalde Adams y el defensor público Jumaane Williams.
Los solicitantes de asilo admitidos en Estados Unidos tienen que esperar un mÃnimo de 180 dÃas -a menudo mucho más- antes de ser autorizados a trabajar, lo que les impide ganar dinero para mantenerse a sà mismos y a sus familias en medio de un acceso limitado a los servicios públicos. Migrantes obligados a dormir en las calles del centro de Manhattan mostraron como la saturación de los albergues impide que los que llegan de manera constante a Nueva York puedan ser atendidos.
La ola de migrantes que desborda Nueva York le cuesta $12.200 millones a la ciudad
Tal como contó LPO, Nueva York ofrece por ley el refugio a todos los que lo necesiten, independientemente del estatus migratorio. Según la ley federal, los inmigrantes tienen que esperar unos seis meses después de presentar su solicitud de asilo antes de poder pedir permiso para trabajar legalmente en Estados Unidos. Esto ha obligado a los solicitantes a depender de las comunidades para que los apoyen y ha llevado a que más personas ingresen a la fuerza laboral ilegal.
Para Nueva York, el costo de apoyar a los solicitantes de asilo asciende a miles de millones. La paradoja es que quieren trabajar y pagar impuestos, mientras las empresas de todo el paÃs están ansiosas por cubrir las vacantes laborales que han persistido desde la pandemia.
En ese contexto, una demora de seis meses lleva a muchos a presentar solicitudes de asilo fraudulentas. Los inmigrantes tienen un año desde su entrada ilegal al paÃs para presentar una solicitud de asilo. Es raro que personas, que a menudo huyen de un trauma y están inquietas en un lugar extranjero, presenten solicitudes de asilo poco después de llegar a Estados Unidos. Este tema no es nuevo, pero sà ha cobrado mucha relevancia por las cifras de personas que han ingresado desde la frontera sur en el último año.
Durante los últimos 15 años, el Congreso no ha logrado ponerse de acuerdo sobre cómo actualizar el sistema de inmigración. Las leyes actuales se remontan a las décadas de 1980 y 1990 y fueron diseñadas en torno a una economÃa estadounidense y un conjunto demográfico de inmigrantes muy diferentes a los de la actualidad.
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