
Fue un desenlace de polÃtica doméstica pura. Pero la botonera de contactos que construyó Sergio Massa por fuera de la Argentina es un activo a la hora de sentarse a negociar. Su agenda estuvo en el aire de la trama que lo consagró como el candidato de la unidad peronista. Especialmente en tiempos de tironeos y dependencia con el FMI y los Estados Unidos.
En una de las reuniones de armado electoral, Massa hizo gala de esa capacidad de influencia. Fue el lunes durante un encuentro previo a la confirmación fallida de Eduardo Wado de Pedro. El ministro de EconomÃa se animó a poner en altavoz un llamado que, desde EE.UU, le aseguraba que su posible candidatura tenÃa en vilo a los polÃticos y empresarios interesados por el rumbo argentino.
Massa cuenta con dos respaldos clave en el poder de Estados Unidos. Ambos, demócratas y con orÃgenes latinos. En el Ejecutivo, Juan González, el asesor principal de Joe Biden para América Latina. En el Congreso, el senador por Nueva Jersey Bob Menéndez, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. Massa acumula con ambos un álbum fotográfico de encuentros, conversaciones por zoom y comidas, tanto en Washington como en Buenos Aires y Tigre.
Hace tres semanas, González reafirmó su apoyo a Massa y la renegociación argentina con el FMI. El consiglieri de Biden planteó que el Fondo "tiene que demostrar que puede responder a retos" económicos como el de la Argentina. En las últimas horas, el gobierno peronista sumó el apoyo de los presidentes de Brasil, Chile, Bolivia, Colombia, México y Paraguay en su pedido de clemencia ante el FMI. Lo hicieron a través de una carta para Joe Biden.
Ahora, con la postulación confirmada, un diplomático celebra y revolea stickers por whatsapp. Todos tienen a Massa de protagonista. Mientras, en un bar de Miami, un grupo de empresarios con negocios y propiedades en la Argentina también festeja la noticia. Casi tanto como, poco antes, lo hizo con la llegada de Messi al Inter.
Los miles de argentinos que viven en Florida, sin embargo, no parecen muy orientados a votar al peronismo unificado. Desde el consulado de Miami esperan una votación récord de alrededor de 10 mil personas para las presidenciales del 22 de octubre. El antecedente inmediato no favorece a Massa. En 2019, Mauricio Macri ganó con más del 90% de los votos.
Para un sector importante de los demócratas, Massa representa la cara amigable y pragmática del peronismo. El contrapeso del grupo más ideologizado que lidera el kirchnerismo. ¿Y la oposición de Juntos por el Cambio no es una mejor alternativa? Cerca de Juan González se muestran escépticos respecto a la capacidad para gobernar del anti-peronismo, ya sea en su versión macrista o radical, intransigente o dialoguista.
Javier Milei ni siquiera califica. Al menos por ahora.
Sentado en un restaurante de Miami en el que los polÃticos son habitués, un dirigente republicano especializado en Latinoamérica le baja el precio al candidato libertario. No le ve chances reales de llegar a la presidencia argentina, ni tiene muchas ganas de que eso ocurra. Un win-win invertido para Milei.
En perfecto español, el republicano que ve a Donald Trump con simpatÃa a su vez le pasa una factura al presidente Joe Biden. La de mantenerse casi ajeno hacia el "patio trasero" de los Estados Unidos. La queja hace eje en una supuesta indulgencia de Biden hacia el gobierno de la Argentina. Desde la renegociación con el FMI hasta los coqueteos con China, todo resulta apañado, ante la mirada indignada del ex funcionario trumpista.
¿Existen proyectos para revertir esa supuesta indolencia del poder de Estados Unidos hacia la Argentina y América Latina? SÃ. Hay bocetos y hay intenciones.
En Fox News, el gobernador de Florida y precandidato presidencial Ron DeSantis pidió una versión para el siglo XXI de la Doctrina Monroe. Se trata del plan presentado por el presidente James Monroe a principios del siglo XIX, como antÃdoto contra el avance europeo en el "patio trasero" de los Estados Unidos.
El objetivo manifiesto del aspirante ultra-conervador es ahora contrarrestar la influencia "maléfica", según DeSantis, de China en América Latina.
En paralelo, ya circula un proyecto bipartidista que busca espantar el brazo de Xi Jinping, desplegado al sur del RÃo Bravo. El documento lleva la firma del Senador republicano de Louisiana Bill Cassidy. El texto propone un Acta de las Américas para facilitar inversiones y asà balancear la ambiciosa Ruta de la Seda por la que apuesta China. ¿Su letra chica? Ofrecer algo más que amor en abstracto o amenazas a los gobiernos hispanos afines. Por ejemplo, el que pretende encabezar Sergio Massa en la Argentina.
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Las mismas contradicciones de la nota te lo aclaran y concuerda con los que conocemos el paño en USA.