Donald Trump ganó nuevamente en las primarias de Carolina del Sur, consolidando su camino hacia la nominación presidencial republicana y reafirmando su dominio absoluto dentro del Partido Republicano. La victoria se produjo en el estado natal de su única rival importante, Nikki Haley, quien se desempeñó como gobernadora de Carolina del Sur desde 2011.
Embajadora de Trump ante la ONU a su vez, Haley prometió continuar su lucha hasta el supermartes del 5 de marzo. Pero ya no tiene forma de conseguir los delegados necesarios para ganar la nominación. Su única chance real es que Trump se baje, algo que no parece posible.
"Nunca habÃa visto al Partido Republicano tan unido como lo está ahora", declaró Trump, subiendo al escenario para su discurso de victoria momentos después del cierre de las urnas. Y añadió: "Se puede celebrar durante unos 15 minutos, pero luego tenemos que volver al trabajo".
Las primarias en Carolina del Sur fueron históricamente un predictor confiable para los republicanos. En todas las votaciones partidarias, excepto una desde 1980, el ganador republicano en Carolina del Sur pasó a ser el candidato del partido. La única excepción fue Newt Gingrich en 2012.
Haley anunció en dÃas recientes que se dirigirá directamente a Michigan para las primarias del martes, la última contienda importante antes del Supermartes. Pero ya nadie considera que pueda ganar una contienda o ser competitiva.
"Esto llegó antes de lo que esperábamos. Tuvimos una victoria aún más grande de lo que esperábamos", dijo Trump ante una multitud en un salón de baile en el recinto ferial de Carolina del Sur. Fue casi inmediatamente después de que se anunciara la tendencia irreversible. De pie en el escenario flanqueado por miembros de su familia y aliados polÃticos, Trump no mencionó a Haley en absoluto. Los asesores de la campaña dijeron que el mensaje que querÃa transmitir era que las primarias han terminado.
Trump y su equipo presionaron públicamente a Haley para que se retirara de la contienda. Un documento enviado esta semana por los principales asesores del republicano calificó a Haley como una "perdedora llorona, empeñada en una realidad alternativa y que se niega a enfrentarse a su inminente mortalidad polÃtica".
El expresidente obtuvo el respaldo de casi todos los republicanos electos a nivel estatal en el estado natal de Haley, arrasando el sur después de victorias decisivas en Iowa y New Hampshire. El deselnace de la campaña presidencial parece prescrito: Trump y Joe Biden se volverán a enfrentar en noviembre próximo.
Please do not cut or paste our notes on the web, you have the possibility to redistribute them using our tools.