Tal como prometió en su discurso de investidura, Pedro Sánchez ha comenzado su nuevo mandato priorizando la agenda internacional y el conflicto bélico en Medio Oriente.

Este jueves, en Jerusalén, ha reiterado ante el presidente israelí, Isaac Herzog, su condena por el ataque terrorista de Hamás y el derecho de Israel a defenderse pero ha esgrimido que la respuesta "no puede implicar la muerte de civiles inocentes" en la Franja de Gaza, incluidos miles de niños.  

Ha asegurado que "España comparte el dolor" de los israelíes por el ataque terrorista de Hamás y que tienen "todo el derecho a defenderse". Pero "la respuesta no puede implicar la muerte de civiles inocentes en Gaza, incluidos miles de niños", ha reivindicado.

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Según el balance de las autoridades gazatíes, hasta la fecha los bombardeos israelíes han dejado ya más de 14.000 muertos, de los que más de 5.000 son niños 

Sánchez ha defendido que hay que acabar con la "catástrofe humanitaria en Gaza y el terrible sufrimiento de los palestinos", apostando por una tregua humanitaria duradera. Y ha pedido que "comience actuar la diplomacia" apostando por la realización de la solución de dos estados.

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A su juicio, esta opción, el reconocimiento del Estado palestino, es "la mejor vía para derrotar el terrorismo" y para garantizar la seguridad a largo plazo de Israel. 

Sánchez se reunirá en las próximas con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al que le trasladará las misma reflexiones. 

España comparte el dolor de los israelíes por el ataque terrorista de Hamás y que tienen todo el derecho a defenderse. Pero la respuesta no puede implicar la muerte de civiles inocentes en Gaza, incluidos miles de niños

Su viaje a la zona del conflicto y su firme posicionamiento contra la "matanza en Gaza" ha despertado las dudas y el recelo en Génova. En el PP creen que es una "muy mala idea" dar lecciones a Israel.

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 Los populares leen el viaje de Sánchez como a un salvoconducto para sacar el foco de "las contradicciones en el seno de su Gobierno". El problema es que en juego está la credibilidad exterior de nuestro país", lamentan las fuentes del PP.

Alberto Núñez Feijóó y su equipo creen que Sánchez está tomando la "postura radical de Podemos" en este conflicto, decisión que "no puede llevar nunca a buen puerto". "Sánchez busca contentar a sus socios con esta arenga de grada", resumen en Génova.