Macarena Olona no deja pasar oportunidad para poner en la picota a su antiguo partido. Su encono con Santiago Abascal y la cúpula de Vox -a quien responsabiliza de su salida de la formación tras el traspié electoral en Andalucía- es tal que ha deslizado una estrategia de ensuciar la campaña para, como hizo Donald Trump en Estados Unidos o Jair Bolsonaro en Brasil, "asaltar el Congreso" ante una mala elección.
La ex diputada redactó este viernes un tuit en respuesta al pedido formal de Vox ante la Junta Electoral de suspender el voto por correo, en el ojo del huracán lectoral por un escándalo en esta modalidad de sufragio en Melilla.
Esta semana, la Policía Nacional puso en marcha una investigación por una posible compra de más de 10.000 votos por correo, lo que supondría, según los cálculos del ejecutivo regional, nada menos que un tercio de representantes de la Asamblea.
"Desde hace unas semanas, es un clamor que el voto por correo está sufriendo una serie de irregularidades, lo que hace suponer una posible compra de votos u otro tipo de fraude, que podría alterar el resultado del proceso electoral en curso", denunció Vox a través de un comunicado.
La formación de extrema derecha reconoce la "gravedad de la petición", aunque se excusa que, caso contrario, los melillenses se verán "privados de un proceso electoral limpio, transparente, del que su gobierno estará siempre bajo la lupa de la falta de legitimación, por no haberse celebrado un proceso electoral democrático, sino alterado".
Tras el comunicado, las redes sociales se llenaron de mensajes con la leyenda "Vox pide a sus votantes que no voten por correo". La viralización de la consigna enfureció a Olona.
"España no es una república bananera. Nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han desactivado de inmediato la trama de fraude electoral detectada en Melilla. Deslegitimar el resultado de las urnas es el paso previo al asalto al Congreso", publicó en sus redes sociales.
No es la primera vez que Olona carga contra su expartido. Semanas atrás, en un programa de televisión lanzó munición muy gruesa. Tras esa entrevista, la sede del partido amaneció con pintadas.
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Quien fuera candidata en Andalucía por la ultraderecha denunció que sufre una "campaña feroz" porque se convirtió en un "obstáculo" para la "actual deriva de Vox".
Dijo estar viviendo un "Vox History X", en clara alusión a la película American History X, que relata el acoso que sufre un joven de Los Ángeles por parte de sus excompañeros de la organización neonazi a la que perteneció.
Tras pronunciar la frase, intentó aclarar que su símil no tiene relación con que Vox sea un partido nazi, "pero me he encontrado unos ataques por parte de personas que hacen loas a Hitler y que están en el entorno de Vox", admitió.
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Dijo que sufre un "señalamiento como enemigo" después de haber abandonado la política a finales de julio del año pasado alegando motivos de salud, al tiempo que sostuvo que el partido liderado por Santiago Abascal está difundiendo "bulos" sobre su persona. "Van a por mí. Tienen miedo a lo que yo pueda representar ", advirtió.
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