Los supuestos macroeconómicos de la 4T no convencen en el mercado. En el encuentro de Moody's este martes prevaleció un ánimo muy alejado del optimismo de Ramírez de la O, lo que alerta que, sin una meta alcanzable, pudiera impactar la próxima revisión de la calificadora sobre la nota de México.

"Si el crecimiento no es tan dinámico, pudiera presionar (la nota), además de que hay otras variables difíciles de pronosticar como el crudo, o la inflación", dijo Renzo Merino, analista del soberano, en el marco del evento Inside Latam 2022.

Aunque más adelante dejó claro que en su escenario base no se ve una pérdida de la inversión principalmente porque se prevé que mantengan la estabilidad fiscal, llegar a sus objetivos, sin embargo, advirtió que eso tendrá implicaciones en el gasto. "Es más probable ver un cambio de perspectiva", reconoció.

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Vale recordar que, a inicios de julio, la calificadora recortó la nota a BAA2, anticipando que continuarán las presiones sobre la fortaleza fiscal del país, aunque mejoró la perspectiva, pasando de negativo a estable. La decisión también golpeó a Pemex y CFE, cuyas notas también fueron revisadas a la baja.

Esta revisión fue discutida por ambas empresas, en particular, Octavio Romero, director de la petrolera mexicana, quien incluso pidió una revisión tras dos trimestres positivos. Vale señalar que en esta edición del evento de la calificadora, que se realiza anualmente, no hubo participación de ningún funcionario del gobierno, cuando en otras ocasiones ha participado el secretario de Hacienda.

Lo que a Moody's le preocupa es que los pronósticos en el Presupuesto para 2023 difieren del consenso y de las proyecciones de la propia calificadora, que anticipa un crecimiento de 1% para ese año, frente al 3% que estimó la hacienda pública mexicana.

En coincidencia con las preocupaciones de Merino, Víctor Gómez Ayala, director de Inteligencia deDatos de la Fundación Rafael Dondé, comentó: "El paquete económico hay supuesto que no muestran la realidad, se tiene una expectativa de que mejorará en un escenario de bajo crecimiento".

Los factores que analizan con preocupación es la baja inversión, la cual ha caído en medio de la pandemia y las presiones por la guerra en Ucrania, además del entorno interno, la falta de colchones fiscales y también se mencionó el fantasma de la recesión mundial.

Por ahora, la calificadora no prevé que Estados Unidos caiga en recesión, pero sí en una fuerte desaceleración, sin embargo, de resultar el primer escenario, esto tendría impactos inmediatos para México. También complican la ecuación el que China esté en un menor crecimiento.

Además, se suma la inflación, que sigue a la alza y por tanto, mayores tasas de interés, lo que seguirá impactando en el gasto, al que se le suma los compromisos como programas sociales y obras emblemáticas y el crecimiento en pensiones.

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En este contexto, la calificadora señala que no se ven modificaciones en la estrategia del gobierno para obtener mayores ingresos y si bien se espera que mantenga el balance al cierre del sexenio, advirtió que implicará una "herencia complicada" para el siguiente gobierno.

Eso, en un entorno donde tampoco es claro si el gobierno mexicano estará aprovechando las oportunidades de nearshoring y del T-MEC. "La gran piedra en el zapato es el sector energético, y la disputa entre pares no alimenta oportunidades. Se tiene una perspectiva moderada, en donde si no hay un cambio de condiciones, se puede desaprovechar los beneficios del T.MEC", coincidieron ambos expertos.