La condena penal que pesa sobre Laura Borrà s abre una crisis en Junts per Catalunya que impactará en todo el campo del independentismo y en el Ejecutivo que conduce Pere Aragonès. La presidenta del Parlament busca comprometer a su partido en una defensa sin fisuras frente a lo que presenta como un caso de persecución judicial, pero no todos piensan que la acusación de la FiscalÃa Superior de Cataluña por su desempeño en la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) sea un montaje.
Borràs quiere poner a prueba a Jordi Turull, secretario general de Junts, más pragmático y enfocado en agotar la legislatura, y espera conseguir el respaldo parlamentario de ERC y la CUP para mantenerse en el cargo. Hasta el momento, la dirigente solo cuenta con el respaldo del ala puigdemontista de Junts. Turull está dispuesto a sacrificar a su compañera, en un intento por superar la etapa del procés dentro del partido, si bien espera una convulsión interna.
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La todavÃa presidenta del Parlament protagonizó una reciente demostración de fuerza a través de un acto en el Ateneu Barcelonès y un manifiesto en su defensa firmado por Carles Puigdemont, Quim Torra, Artur Mas y actuales y exfuncionarios del Govern, todos ellos de Junts. El mensaje iba dirigido a Turull: la formación podrá ensayar un retorno al centro e incluso rever ciertos lineamientos, pero abandonar la reivindicación independentista será imposible.
De todas maneras, Borrà s apenas puede justificar su permanencia. El reglamento del Parlament establece que ante un procesamiento judicial el diputado en cuestión ve suspendidos sus derechos legislativos. La FiscalÃa pidió 6 años de prisión y 21 de inhabilitación por presunto fraccionamiento de contratos para beneficiar a un amigo en la ILC. Fuentes de ERC consultadas por LPO aseguran que las acusaciones contra Borrà s son serias y que deberá afrontar las consecuencias de sus acciones.
Aragonès sugirió que ERC preservarÃa la institución parlamentaria si estuviese en la piel de Junts. "Se pondrÃa la institución por delante y se la apartarÃa. Se defenderÃa su inocencia y si se resolviera de manera favorable se la restaurarÃa en las responsabilidades", dijo. El presidente de la Generalitat se cuida en sus declaraciones para no azuzar el malestar en Junts. Una cosa es respetar el reglamento y otra precipitar una ruptura en el Ejecutivo catalán.
En el Govern esperan un gesto de Borrà s similar al de Mónica Oltra porque el artÃculo 25.4 del reglamento es claro: en caso de apertura de juicio oral, la inhabilitación es inevitable. La CUP avisó que no respaldará a Borrà s. ERC ya no tolera como antes la agitación permanente del puigdemontismo y los intentos por torpedear el acercamiento entre el Govern y el Ejecutivo central a través de la mesa de diálogo. Por eso los republicanos confÃan en que Turull contenga a los suyos.
Junts viene de celebrar un congreso partidario algo tenso, en el que Turull se consagró como jefe de la formación. En los papeles, Borrà s es la presidenta, pero la nueva Ejecutiva está alejada de los postulados del procés. La caÃda de la titular del Parlament podrÃa significar el fin de su carrera polÃtica y, lo que más interesa a sus adversarios internos, el debilitamiento de los puigdemontistas.
La situación es crÃtica para Borrà s. Según los propios estatutos de Junts, deberÃa ser expulsada del partido. ERC ha dejado en claro que le resulta imposible explicar un eventual respaldo a la dirigente. La portavoz de la CUP, Mireia VehÃ, dijo este jueves que defenderla ante un caso de corrupción equivaldrÃa a "hipotecar" el independentismo. Fuera de los soberanistas, los comuns pidieron que dé un paso al costado para "preservar la honorabilidad del Parlament".
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La militancia deberá decidir este fin de semana el futuro de Borrà s en el partido, que también implica una discusión crucial sobre la continuidad del Ejecutivo y la estrategia a seguir. Muchos admiten que un referéndum independentista es hoy en dÃa una utopÃa, ya que no existe correlación de fuerzas para impulsarlo, pero la presidenta del Parlament ha ganado el sentimiento de buena parte de las bases para no dejar morir las aspiraciones soberanistas.
Aragonès mirará de cerca lo que ocurra en el desdoblado congreso de Junts este fin de semana, en especial por los pactos electorales que priorizará la formación de cara a las municipales de 2023 y las autonómicas de 2024.
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