Pere Aragonès es uno de los más interesados en las elecciones generales del 23 de julio. El presidente de la Generalitat sabe que ERC no podrá arrebatarle al PSC el primer lugar, pero al menos se conforma con mantener la primacÃa dentro del campo del independentismo, aunque sea para ganar aire de cara a los comicios catalanes de 2024. Es ahà cuando Aragonès se juegue su legislatura y el futuro del movimiento independentista.
En rigor, el presidente autonómico vio frustrada su propuesta de crear un gran frente de partidos independentistas, luego de que Laura Borrà s, presidenta de Junts y la lÃder alternativa del bloque separatista, volviera sobre sus pasos. ParecÃa que la unidad iba a concretarse por la ola azul que tiñó el mapa de España en las municipales y territoriales de mayo, pero el efecto reactivo fue apenas un momento efÃmero.
Los republicanos juegan sus cartas a las elecciones del próximo año, por lo que la campaña para el 23J será el pistoletazo de salida de aquella que defina la composición del Parlament. Por el momento, la hoja de ruta del presidente -que podrÃa alterarse en caso de que PP y Vox desembarquen en Moncloa- pasa por enfatizar la arista "anti Estado", como escenificó en un acto conjunto con Arnaldo Otegi frente al Born de Barcelona.
Feijóo tensa con Abascal y busca despegarse del 155 para recortar distancia en Cataluña
El coordinador de EH Bildu fue el invitado especial en el acto central de campaña de ERC, al que asistió la cúpula del partido. "Hay dos listas electorales, pero solo hay un bloque de la reacción", lanzó Otegi, en un mensaje que busca identificar al rival polÃtico y alertar sobre la amenaza de la extrema derecha en un Ejecutivo nacional. Santiago Abascal viene sugiriendo la militarización de Cataluña y Euskadi.
Pese a mantenerse en la mesa de diálogo con el Gobierno de coalición, una instancia congelada sin continuidad en caso de que el PP sustituya al PSOE, Aragonès ha vuelto a reflotar la llamada a una consulta por la independencia catalana, una bandera que puede ir más allá de la competencia con Junts, la CUP y Espai CiU-PDeCAT, pero que ERC sabe de antemano que será innecesaria para disputarle a su verdadero rival: Salvador Illa.
La encerrona del bloque independentista es que ha dejado de ser mayoritario, coinciden los analistas. Los sondeos reflejan la misma tendencia. Con todo, Aragonès ha encontrado la vuelta al problema. Piensa involucrar a fuerzas no independentistas como los comunes y parte del PSC, proclives a una consulta y, en caso de observar una polÃtica agresiva desde una Moncloa con nuevos inquilinos, hasta convencidos de enviar un mensaje fuerte a la derecha.
"La mejor manera de hacer frente al fascismo es defender la independencia", apuntó Aragonès durante un acto el fin de semana. AludÃa a la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña fijara la sentencia que obliga a la Generalitat a aplicar un 25 % de castellano en tres escuelas, aunque también a la resolución del Ayuntamiento de Borriana, en Castellón, de vetar la suscripción de revistas en lengua catalana, una iniciativa de Vox.
Resulta tentador confrontar con Vox cuando el PSOE de Pedro Sánchez y la izquierda no independentista están a la baja. Pero como la caja de Pandora, el movimiento independentista teme que las bravuconadas de Abascal se tornen reales. Ningún territorio será tan decisivo, este domingo y en 2024, para definir el futuro de España como Cataluña. Es la baza de Aragonès y de quien logre liderar el espacio de la independencia.
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