Donald Trump empieza a arriesgar. El ex presidente comenzará desde mañana a comprobar si sus apuestas electorales en las primarias de medio término dan o no dan resultado. LÃder indiscutido de la oposición y bien posicionado en todas las encuestas, Trump tiene un curioso desafÃo por delante: demostrar que es un buen elector y que los candidatos a los que apoya no le terminan generando dolores de cabeza o conspirando contra sus propias chances.
El primer test será en Ohio, donde Trump le ganó a los demócratas en 2016 y 2020 por una diferencia de 8 puntos. Hace dos semanas, el ex presidente hizo explicito su respaldo a James David Vance, un inversionista de 37 años que se convirtió en best seller con un libro que explicaba el ascenso del magnate a la presidencia y que fue uno de sus mas encarnizados detractores en los últimos años. Autor de "Hillbilly, una elegÃa rural", Vance es un capitalista de riesgo que creció en la zona de los Apalaches y siempre se mostró como uno de los republicanos más distantes de Trump. Sin embargo, en este turno los dos decidieron sellar una sociedad que sorprendió a muchos, pese a que más de 40 funcionarios republicanos le habÃan escrito a Trump pidiendole que no respaldara a Vance.
En Ohio, la pelea más dura se libra entre los republicanos que aspiran a suceder al senador retirado Rob Portman (R), que se va después de una década en el cargo y con crÃticas a la polarización que domina la discusión polÃtica. Con el apoyo de Trump, Vance competirá con Josh Mandel, el ex tesorero estatal que hizo toda su campaña siguiendo al pie de la letra el manual de Trump y, para sorpresa de muchos, se quedó sin su aval.
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Mandel cuenta con el aliento de sectores duros del partido republicano como el Club para el Crecimiento, una organización anti-impuestos que exhibe un poder indudable y suele financiar a los candidatos del partido. El Club para el Crecimiento estuvo entre quienes recordaron en los últimos dÃas los ataques que Vance le dedicó a Trump en el pasado, cuando lo llamó "idiota", lo definió como el "Hitler americano" y hasta insinuó que podÃa votar por Hillary Clinton en las elecciones de 2016. El tercero en la competencia es el empresario autofinanciado Mike Gibbons. Lo más probable es que el ganador de las primarias compita con el candidato demócrata, el representante Tim Ryan, en noviembre.
La apuesta de Trump por Vance en Ohio y en contra de los postulantes que tienen el apoyo de sectores poderosos del partido se repetirá en otros Estados, el 17 de mayo en las primarias de Pensilvania y Carolina del Norte y el 24 en las de Georgia. En todos los casos, los candidatos de Trump también se enfrentarán con retadores activos y bien financiados que pretenden pelear por una banca en el Senado.
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En el inicio del calendario electoral, el ex presidente parece haber postergado a los republicanos que repiten un discurso clásico conservador y haberse inclinado por celebridades y postulantes que se ganaron una popularidad por fuera de la actividad polÃtica y partidaria. Contra el partido, por los outsiders y en un homenaje a sà mismo.
En Pensilvania, el ex presidente anunció su preferencia por el médico Mehmet Oz y se puso en la vereda de enfrente del ex director ejecutivo de fondos de cobertura David McCormick, que hasta hace poco superaba a su rival en las encuestas. En Carolina del Norte, Trump apoya al representante Ted Budd, quien aparece como el favorito en su disputa con el exgobernador Pat McCrory.
Finalmente en Georgia, Trump desafió al establishment republicano y se expresó a favor del ex senador David Perdue, quien competirá en dos semanas el actual gobernador del Estado, el popular Brian Kemp. Según un sondeo reciente del Atlanta Journal-Constitution, Perdue aparece 20 puntos abajo de Kemp, pero Trump apuesta a torcer el destino de la votación. Georgia es uno de los Estados que pone a prueba la capacidad del ex presidente de construir ganadores con su solo respaldo y puede derivar en una derrota que los analistas consideran innecesaria. El propio Trump pareció admitirlo en marzo pasado cuando compartió un acto con Perdue y le dijo: "Espero, David, que seas el gobernador. O simplemente perdà mucho tiempo esta noche".
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