El cierre del gasoducto que transportaba parte del gas proveniente de Argelia ha trastornado los planes del gobierno de Pedro Sánchez en plena escalada de los precios de esta materia prima en los mercados internacionales. La propia vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, reconoció esta semana la volatilidad del precio del gas, aunque descartó problemas en el abastecimiento.

El conflicto entre Marruecos y Argelia enciende las alarmas por la provisión de gas a España

El gasoducto del Magreb, que ahora ha quedado fuera de servicio, proveía cerca del 20% del gas consumido en España. Argelia se comprometió a suplir la cantidad de metros cúbicos a través de la tubería de Medgaz, que no pasa por Marruecos y conecta directamente con la península, y también mediante barcos metaneros, lo cual supone un sobrecosto.

"La pregunta es si ese coste lo tiene que soportar la empresa argelina, Sonatrach, o las compañías españolas que han contratado ese gas. Porque la decisión de no seguir enviando gas por el gasoducto del Magreb es del vendedor. A favor de que lo tengan que lo tengan que soportar las empresas españolas está el hecho de que el contrato de transporte de gas por Marruecos terminaba el 31 de octubre, y si no se ha renovado, hay que determinar de quién es la culpa", explica a LPO Íñigo del Guayo, experto en Derecho y Regulación de la Energía.  

La pregunta es si ese sobrecoste lo tiene que soportar la empresa argelina, Sonatrach, o las compañías españolas que han contratado ese gas. Porque la decisión de no seguir enviando gas por el gasoducto del Magreb es del vendedor

Los especialistas en la materia descartan que la intensa actividad en el transporte marítimo global lastre el tránsito de los buques metaneros, y se enfocan en el impacto que el precio del gas pueda ocasionar en el mercado mayorista eléctrico, dado que este recurso natural alimenta las centrales. Por ello, el gobierno se centra en reducir los riesgos y apuesta a la red de regasificadoras españolas, la más grande de Europa y una de las mayores del mundo tras las de Japón, China, Estados Unidos y Corea del Sur.

Puerto de Huelva en la zona donde se sitúa Enagas. 

El catedrático de la Universidad de Almería señala que España es junto con Japón "el país con mayor potencia regasificadora por número de habitantes". "Tenemos 6 plantas operativas, que estaban en niveles muy bajos de ocupación, entre el 20 y el 40 por ciento, y están preparadas para recibir todo el gas natural licuado (GNL) que precisa", agrega. De hecho, las plantas localizadas en Bilbao, Barcelona, Cartagena, Mugardos, Sagunto y Huelva permitieron a España liderar las importaciones de GNL en el continente en 2020. 

El gobierno se centra en reducir los riesgos y apuesta a la red de regasificadoras españolas, la más grande de Europa y una de las mayores del mundo tras la de Japón, China, Estados Unidos y Corea del Sur

Tanto Ribera como Enagás anunciaron que el país cuenta con reservas de gas para garantizar entre 40 y 43 días de consumo, y la ministra declaró además que trabaja con las empresas del sector para observar el impacto de los precios en auge sobre los consumidores y la industria. Para las compañías involucradas, como Naturgy, Enagás, Endesa, Repsol, el desafío pasar por morigerar el encarecimiento y negociar las mejores condiciones con Sonatrach.

Del Guayo sostiene que "los mercados internacionales se van a ir relajando a medida que se estabilice la demanda de gas natural por parte de Asia, particularmente de China, y que Rusia comience a mandar todo el gas que cabe en el nuevo gasoducto". Otro factor importante es la competencia, ya que "cuando empiece a aumentar la oferta del lado de América del Sur y América del Norte, habrá una presión hacia la baja de los precios".

Argelia cierra el gasoducto del Magreb y el Gobierno se prepara ante la subida del precio 

Ribera confía en que concluya prontamente la ampliación del gasoducto de Medgaz, que corre por cuenta de sus propietarios, es decir, Sonatrach, Naturgy y Blackrock, y controlar la situación en el mediano plazo, reduciendo cada vez más la dependencia de los barcos metaneros. El problema, calcula el gobierno español, es de escala mundial.

"El juego de los gasistas ha sido tener la producción reducida para que el precio aumente", destaca el experto en asuntos energéticos. "Se habla de un gran apagón eléctrico y de falta de suministro de gas. Esto está en el juego de las noticias fake. No habrá desabastecimiento. Esta situación está afectando a los países que consumen gas ruso: Alemania, Austria, Hungría y Polonia. Esto beneficia también a Noruega, que ha dicho que está predispuesta a producir más para poner más gas natural en el mercado", concluye.