El traslado de la secretaría de Energía a la órbita de Martín Guzmán esconde el enfrentamiento del kirchnerismo con Matías Kulfas y consolida la influencia de la actual vicepresidenta sobre esta área.

Como explicó LPO, Cristina Kirchner supo colocar a figuras cercanas en organismos claves como el Enre y el Enargas y su opinión fue decisiva a la hora de nombrar a Sergio Affronti como CEO de YPF.

Si bien Lanziani ya se había refugiado bajo su ala cuando empezó a confrontar con el ministro de Desarrollo Productivo, se trataba de un funcionario decorativo que estaba lejos de controlar las riendas de la política energética, a cargo de Kulfas.

Alberto echó al secretario de Energía y asume el neuquino Darío Martínez

Con la designación del neuquino Darío Martínez se garantiza a un hombre de su riñón al frente de esta cartera, pero el cambio más relevante pasa por sacar a la secretaría del organigrama de Producción.

Kulfas venía trabajando en un plan para Vaca Muerta desde la campaña presidencial del año pasado y el eje de su estrategia de recuperación económica siempre pasó por un aumento en las exportaciones de hidrocarburos. De hecho, esta misma semana se estuvo ocupando de avanzar en la puesta a punto del próximo Plan Gas.

Fuentes oficiales señalaron a este medio que "la energía es clave para ordenar la macroeconomía" y que "ha sido un factor de fuerte desbalance en los últimos largos años", lo que sugiere un criterio fiscalista a la hora de explicar el traspaso al Palacio de Hacienda.

Sin embargo, el titular de Producción siempre ha expresado un criterio similar, lo que denota que las verdaderas razones del cambio de gabinete fueron políticas. En su libro Los Tres Kirchnerismos, sostiene que "la política sectorial del kirchnerismo fue acumulando una importante cantidad de desajustes que contribuyeron a minar los superávits en las cuentas públicas y la balanza de pagos". "La magnitud de esos desajustes fue tan grande que terminó por convertir un problema sectorial en un problema macroeconómico", agregó al detallar que el déficit energético llegó a representar el 115% del déficit fiscal total en 2013.

En ese sentido, también recuerda que "entre 2010 y 2013, las importaciones de gas natural, gasoil y fueloil se llevaron 22.135 millones de dólares, cifra equivalente al 70% de las reservas de fin de 2013, lo que da cuenta de la significativa relación entre la escasez de divisas que afectó al mercado de cambios en el tercer kirchnerismo y el problema energético".

La otra paradoja que deja en evidencia la derrota de Kulfas es que desde su primer día de gestión intentó correr a Lanziani y solamente logró su renuncia el día que le quitan el control de la política energética a su ministerio.

Cristina salió a respaldar a Guzmán tras el rechazo de los acreedores

Guzmán, por el contrario, supo construir una relación mucho más cercana con la ex presidenta, quien salió a respaldarlo en los momentos más críticos de la renegociación de la deuda.

Ya con la fortaleza del acuerdo con los bonistas cerrado, el ministro empezó a hacer cada vez más declaraciones sobre otros aspectos de la economía y curiosamente la energía fue uno de los sectores en los que más hizo hincapié.

"El desarrollo de la energía es esencial para que la Argentina no se choque contra la restricción de dólares. Cuando el país se recupera demandamos más divisas porque la recuperación requiere de más importaciones. Lo que necesitamos es generar más divisas y eso se logra con exportaciones. La energía es fundamental para eso tanto para no tener que importarla y ahorrarnos dólares como para poder exportarla y generar dólares", dijo en una reciente entrevista con radio Metro.