Los homicidios en Rosario son una noticia en constante desarrollo. El año 2022 llega a su fin con un incremento del número de casos por tercer perÃodo consecutivo y una cifra que supera al peor antecedente histórico y evidencia el fracaso de los gobiernos provinciales para resolver el problema al cabo de una década. La expansión y precarización del sicariato, la fragmentación de las bandas criminales y la intensificación de los niveles de violencia aparecen como las causas principales del fenómeno, en el que además se destaca el aumento de mujeres, adolescentes y niños entre las vÃctimas.
El fin de año llega en medio de una nueva ola de crÃmenes. Hasta las vÃsperas de navidad, se registraron 278 homicidios en el departamento Rosario. Una mujer fue hallada asesinada en las primeras horas de este 24 de diciembre frente a un búnker de drogas en un sector caliente del barrio Tiro Suizo que se conoce como Fuerte Apache mientras que un joven de 23 años, residente del barrio VÃa Honda falleció en la madrugada en el Hospital de Emergencia, donde ingresó con múltiples heridas de bala
Otros casos recientes fueron los de Jhon Ayrton Cartazo, de 20 años, baleado por dos hombres que llegaron en moto hasta una casa de Mendoza y Wilde e hirieron además a una mujer y a una nena de 11 años, y Brian Ciuffo, de 31, asesinado a tiros por un hombre en Mosconi al 2400, en Villa Gobernador Gálvez, en la noche del sábado; y Nahuel Rendil y Hernán Flores, ambos de 26 años, acribillados a mansalva durante la noche del domingo en Presidente Quintana y Avellaneda, en un pasillo que lleva a un bunker de drogas del barrio de VÃa Honda, una de las zonas de la ciudad donde se registran altos Ãndices de violencia.
La marca supera a la de 2013, cuando hubo 264 homicidios. La comparación resalta la gravedad del presente no solo por la cantidad de muertos sino porque en aquel año aún no se habÃan desplegado fuerzas federales en la ciudad. La presencia de efectivos de la GendarmerÃa, la Prefectura Naval, la PolicÃa de Seguridad Aeroportuaria y la PolicÃa Federal no ha tenido ningún efecto en disminuir los niveles de violencia en las calles de Rosario.
El 2013 está signado en la historia rosarina por el crimen de Claudio "Pájaro" Cantero, ocurrido el 26 de mayo de ese año. Desde entonces hubo al menos diecinueve asesinatos para vengar al lÃder de Los Monos, la mayorÃa de los cuales permanece impune y sin responsables identificados. El último ocurrió el 17 de agosto pasado, cuando murió Osvaldo "Popito" Salazar después de ser emboscado al salir de la cárcel de Piñero junto con personal penitenciario.
La tendencia criminal va en aumento en el transcurso del gobierno de Perotti: en 2020 hubo 212 homicidios y en 2021, 241. De los 272 asesinatos de este año un poco menos de la mitad de los casos (138) se registraron en el primer semestre del año. La asunción del ex comisario Rubén Rimoldi como ministro de Seguridad y la promocionada constitución de un comando unificado de las fuerzas federales que se encuentran en Rosario tampoco afectaron la curva ascendente de los homicidios.
Por si faltara algo, las declaraciones de AnÃbal Fernández en su última visita a la ciudad provocaron indignación al considerar que los homicidios son un problema entre bandas, negar el aumento de delitos en Rosario y echarle el fardo a los gobiernos provinciales anteriores que "tenÃan que resolver el problema sin fuerzas federales", según dijo el miércoles pasado.
Después de inaugurar un nuevo destacamento de GendarmerÃa en Rosario, el ministro de Seguridad de la Nación acudió a estadÃsticas propias: de los 2.357 gendarmes destinados a Santa Fe poco menos de la mitad están en Rosario y "se hicieron 1900 procedimientos con 1700 detenidos". Sin embargo, el reclamo por mayor presencia de fuerzas de seguridad persiste en distintas zonas de la ciudad y con vecinos auto convocados en Arroyito, la República de la Sexta, Luis Agote, RefinerÃa y Larrea, entre otros barrios.
Fernández destacó que la provincia cuenta también con 708 efectivos de Prefectura Naval, 150 de la Seguridad Aeroportuaria y 238 de la PolicÃa Federal. Y se metió en la polÃtica local al elogiar al ministro Rimoldi y dijo que el intendente Pablo Javkin "no me llama nunca".
Con la afirmación de que los homicidios "no son con civiles, sino entre bandas", incluso reiterada ante una repregunta, el Ministro mostró la peor cara de los funcionarios nacionales: los que desconocen la gravedad del problema y relativizan la cuestión con la idea de "que se matan entre ellos".
La Red de Vecinales salió al cruce para recordar el caso de la maestra jubilada Claudia Deldebbio y su hija, Virginia Ferreyra, también docente, asesinadas cuando esperaban un colectivo en el barrio Parque del Mercado. El fiscal Patricio Saldutti atribuyó la balacera, por la que están imputados un hombre de 45 años y su hijo, a una demostración de fuerza ordenada desde la cárcel por René Ungaro contra una banda rival. Vecinos entrevistados entonces por LPO denunciaron como habitual el pago de "protección" a delincuentes.
Otras estadÃsticas cuestionan la efectividad de las fuerzas federales para combatir al narcotráfico. Entre el 1° de junio y el 15 de noviembre hubo 1075 detenidos en los procedimientos, de los cuales 888 fueron identificados como consumidores de drogas. Los promocionados operativos de saturación no exhiben resultados apreciables en términos de alcanzar a proveedores y vendedores, aunque persiste la modalidad del puesto fijo de venta de drogas, el búnker, como se llama en la jerga.
El registro fue publicado en Twitter por el diputado provincial Carlos Del Frade y fundamenta un proyecto para que el gobierno de Omar Perotti informe sobre los resultados del Comando Unificado que encabeza el comandante de GendarmerÃa Ricardo Castillo y pide "que no se criminalice a consumidores y consumidoras como sucede".
El año concluye en Rosario con condenas de prisión para jefes de bandas criminales. Esteban Lindor Alvarado, Claudio Mansilla, Olga Medina, René Ungaro y Elio Funes recibieron penas de cumplimiento efectivo en distintos procesos de la justicia provincial y federal, mientras Los Monos sufrieron el encarcelamiento de Ariel "el viejo" Cantero, su lÃder histórico y de Uriel Luciano Cantero, nieto del fundador de la banda.
El encarcelamiento prácticamente generalizado de los lÃderes y las segundas lÃneas de bandas criminales revierte paradójicamente en el incremento de la violencia, y en varias direcciones. Las prisiones santafesinas no interrumpen los circuitos delictivos sino que funcionan como centros de planificación de crÃmenes, extorsiones y disputas por territorios de venta en las calles de Rosario.
El doble femicidio de las hermanas Marianela y EstefanÃa Gorosito, entre otros episodios de alto impacto, fue ordenado desde la cárcel de Piñero. Las vÃctimas, de 28 y 25 años, aparecieron el 20 de julio en un descampado de Pérez después de ser secuestradas cerca del centro de la ciudad. El fiscal Saldutti vinculó los crÃmenes con una deuda por venta de drogas y la investigación avanzó esta semana con la captura del presunto ejecutor, un joven de 19 años.
Los investigadores judiciales suelen describir las relaciones entre referentes como Ariel "Guille" Cantero y Esteban Alvarado con vendedores de droga al menudeo como un sistema de franquicias. Las licencias, sin embargo, no implican gestionar acuerdos entre las facciones, con lo que no existe ninguna regulación de la violencia y los enfrentamientos se imponen como único medio de resolver cualquier problema ligado a la competencia.
Desde 2013 a la actualidad el sicariato se consolida como especialidad dentro del ambiente del delito y al mismo tiempo se precariza. La falta de profesionalidad se verifica trágicamente en los reiterados asesinatos por equivocación. En un caso testigo, Rodrigo Morera, de 26 años, su pareja Aymará Altamirano, de 26 años, y Auriazul Morera, de 6 e hija de ambos, fueron asesinados a principios de junio en Garibaldi y Ayacucho, en barrio Tablada, por asesinos que los confundieron con otra pareja que vivÃa en el lugar y era la destinataria del ataque.
El año que termina será recordado también por otra consecuencia trágica: el aumento de mujeres, adolescentes y niños entre las vÃctimas. En un episodio que condensa la situación, ZacarÃas Sharif Azum, de 15 años, fue a asesinado de diez disparos el 28 de octubre en pasaje Del Campo al 5000, en la zona sur, y en un bolsillo del pantalón los asesinos dejaron un papel manuscrito con la frase "menor tiratiros". El menor estaba acusado por el crimen de Ayelén González, de 26 años, como reacción a un reto por hacer disparos al aire en el barrio Bella Vista.
Los asesinos por encargo no cuentan con mayores recursos que el arma homicida. Se mueven en bicicleta, a caballo y hasta a pie. ValentÃn SolÃs, de 14 años, y Eric Galli, de 15 años, murieron acribillados en el complejo Fonavi de Sanguinetti al 5600, en barrio Triángulo, por tres sicarios que erraron los disparos dirigidos a otro menor que se encontraban en el lugar. Las cámaras de seguridad del barrio permitieron observar que los asesinos escaparon a la carrera.
Horas después de la conferencia de prensa de AnÃbal Fernández, una pareja de sicarios asesinó a Ricardo Américo Carrizo, un vecino de 60 años que trabajaba en un comedor comunitario de Villa Manuelita, en un ataque contra un puesto de venta establecido en Cepeda al 3900.
La diputada provincial Lucila de Ponti se refirió al episodio en Twitter: "En Cepeda al 3700 no hay nada. No hay servicios, los vecinos se conectan como pueden a la luz y al agua. Paralelo a Cepeda pero más abajo hay un pasillo larguÃsimo, donde vive un montón de gente, en condiciones mucho peores que los que están un poquito más arriba". Los datos del contexto indican que los problemas crónicos de seguridad en Rosario difÃcilmente se resuelvan solo con la intervención policial, por más que la provincia y la Nación estén dispuestos a aumentar la cantidad de efectivos y a insistir en una receta que, a ocho años del primer arribo de fuerzas federales, es un fracaso comprobado.
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