Patricia Bullrich se bajó de la pelea por la presidencia del PRO, que quedará en manos de Mauricio Macri en marzo, según anticiparon a LPO en el partido amarillo.

El ex presidente tiene el apoyo de 20 de los 24 presidentes del partido a nivel provincial y por eso forzó a la ministra de Seguridad a resignar la titularidad del partido que creó en 2005. Incluso se mostró con dirigentes que pertenecieron históricamente al larretismo, como la ex ministra de Educación, Soledad Acuña.

Bullrich exige "compartir el poder" y en su entorno aseguran que "Mauricio no corta solo el bacalao". Macri busca un acuerdo con Milei pero en otros términos que los que plantea la ministra. Mientras busca colar funcionarios de manera solapada, el ex presidente pide a Cristian Ritondo para presidir Diputados para encarar un entendimiento parlamentario sin resignar la identidad del PRO, mientras que Bullrich habla de una coalición de gobierno.

El principal activo de Bullrich es su relación diaria con Milei por la gestión y por eso busca explotar su rol en el Gobierno como una carta hacia su propio partido. En ese marco se mostró este miércoles con los gobernadores Rogelio Frigerio e Ignacio Torres, con los que habló un rato de coordinar acciones contra el narcotráfico pero especialmente de la interna del PRO.

Macri regresará en los próximos días a Buenos Aires tras casi dos meses de descanso en Cumelén. Su vuelta al control del partido agita tanto al sector de Bullrich como al de Horacio Rodríguez Larreta. Incluso en el PRO comentan que el ex jefe de gobierno podría renunciar al partido si este queda en manos de Macri.

"Horacio no se va del PRO y va a seguir luchando para que los valores del partido prevalezcan", dijeron a LPO en el entorno de Larreta. "Fue uno de los fundadores y siempre se mantuvo en el mismo lugar", explicaron.

Por más que el ex alcalde permanezca en el partido, en la Cámara de Diputados creen que los legisladores que aún le reportan podrían romper el bloque si se avanza en una bancada unificada con La Libertad Avanza, como proponen algunos sectores del PRO.