Cerca de las 23:30 del miércoles, cuando en el gabinete nacional se pasaban facturas por el conflicto que estalló con Prefectura y que se extendió a otras fuerzas de seguridad, Florencio Randazzo se sentó a la mesa de un lujoso restaurante de Puerto Madero y se pidió 20 piezas de sushi.
Al ministro del Interior, que estaba acompañado por el fotógrafo presidencial, se lo notaba tranquilo en una de las mesas del Sushi Club de Madero Este, en la calle Petrona Eyle.
A metros de allí se encuentra el Edificio Guardacostas, la sede donde en ese momento se concentraban los efectivos de Prefectura que siguen reclamando mejoras salariales.
Randazzo estuvo llamativamente corrido del conflicto con las fuerzas de seguridad, mientras otros compañeros de gabinete como Nilda Garré y Axel Kicillof soportan el asedio interno por el modo en que el Gobierno manejó la situación.
Tan es así que el ministro eligió ese mismo miércoles para lanzar la Agencia Metropolitana de Transporte, un anuncio que se perdió entre la incertidumbre que generó el levantamiento de Prefectura, al que luego se sumarían Gendarmería e incluso el Ejército.
En el mismo lanzamiento de la Agencia, Randazzo estuvo junto a Daniel Scioli y el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, que fue en lugar del ausente Mauricio Macri.
Allí, el tema de Prefectura se mencionó. Pero fuentes que estuvieron presentes señalaron a LPO que Randazzo hablaba del tema con una liviandad sorprendente, como si el conflicto estuviera sucediendo en otro país.