El kirchnerismo volvió a apuntar contra el ministro de Seguridad y Justicia bonaerense, Ricardo Casal, responsabilizándolo por el asesinato del futbolista Lautaro Bugatto, ocurrido el pasado 6 de mayo.

Ese día, Bugatto, de 20 años, estaba en su domicilio de Burzaco y recibió un balazo en la espalda del policía bonaerense Gabriel Benítez, quien intentaba frustrar el robo de un ciclomotor.

La Política Online ya había anticipado días atrás que el kirchnerismo evaluaba que profundizar las investigacione ssobre los vñinculos políticos y económicos de Daniel Scioli con los costados más oscuros de la Policía bonaerense era el mejor camino para desestabilizar al gobenador y eventualmente -si esa fuera la instrucción- avanzar con un juicio político.

La lectura de un sector de la Casa Rosada es que el "golpe económico" es decir dejar a la provincia sin recursos es un camino muy riesgoso que puede efactar la propia estabilidadd el gobierno nacional y eventualmente dejar a Scioli como víctima. Por eso, se resolvió que el vice Gabriel Mariotto y todo el conglomerado por la "seguridad democrática" que lidera Verbistky mantengan el cuestionamiento sobre la policía bonaerense y la violaciónd e los derechos humanos en las cáreceles de la provincia.

“Una vez más queda demostrado que la policía prioriza el valor material al humano”, simplificó el periodista Horacio Verbitsky, al recordar que el ciclomotor pertenecía a un amigo del agente.

El periodista dominó la conferencia de prensa realizada en la sala José Luis Cabezas, en el segundo piso de la Cámara de Diputados. La escena fue una postal del kirchnerismo duro, dispuesto a mostrarse en la vereda de enfrente de Scioli.

Junto a la madre de Bugatto, Alicia Giardina, se sentaron en la mesa Verbitsky y el diputado Leonardo Grosso, del Movimiento Evita.

Detrás de ellos, sin mover una pestaña, siguieron la conferencia los diputados Andrés “Cuervo” Larroque, Eduardo “Wado” De Pedro, referentes de La Cámpora; y los bonaerenses Teresa García, Adela Segarra (Movimiento Evita), Gastón Harispe, Adriana Piugross, Carlos Kunkel, Juliana Di Tullio, Remo Carlotto, Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro) y Héctor Recalde, entre otros.

No participaron los bonaerenses con raigambre en el PJ histórico, como José María Díaz Bancalari, Graciela Gianettassio y Jorge Landau.

“Esto no es una manifestación del bloque, por eso no está ni su jefe ni el presidente de La Cámara. Representamos a nuestros espacios”, diferenció Grosso, ante la insistente pregunta sobre si iban a replicar sus planteos en el recinto.

“Estuve en más velorios de pibes asesinados por la policía que en otros de gente mayor”, se estremeció el joven de 28 años

Verbitsky se robó el protagonismo de la conferencia y no anduvo con vueltas: apuntó directo al gobernador, quien volvió a ser blanco predilecto del kirchnerismo desde que el viernes el diputado bonaerense José Ottavis fuera fotografiado enviando mensajes sobre una supuesto pago de coimas para tratar la reforma tributaria.

"Es de celebrar que el gobierno de la provincia haya dicho que se trató de un caso de asesinato, pero es una práctica habitual que no se puede tolerar mas", señaló el titular del Cels.

Pero se preguntó: "Qué se puede esperar del gobernador si él y Casal contaminaron la escena en el caso Candela", en referencia a aquella presencia de Scioli en el reconocimiento del cuerpo de la niña de 11 años hallada en Hurlingham tras una sospechosa desaparición.

Insistió en seguir “con la reforma de la seguridad detenida cuando Scioli llegó a la provincia de Buenos Aires”. Remarcó que sólo León Arslanián y Juan Pablo Cafiero, ex ministros de Seguridad de Solá, intentaron reformar la policía.

“Es la fuerza armada más grande del país y los gobiernos la dejaron que hagan mientras la casa esté en orden”, graficó. “Se requieren acciones concretas. No puede un agente penitenciario ser ministro”, dijo por Casal.

Par el periodista, el caso Bugatto pudo salir a la luz “porque estaba por debutar en la primera división de un equipo de fútbol, sus padres no eran ignorantes y militaba en una organización política”, en alusión a asesinatos similares de la policía. “Recorrimos las villas con el vicegobernador Gabriel Mariotto. Son cárceles sin muros”, describió.

Insistió en seguir “con la reforma de la seguridad detenida cuando Scioli llegó a la provincia de Buenos Aires”. Remarcó que sólo León Arslanián y Juan Pablo Cafiero, ex ministros de Seguridad de Solá, intentaron reformar la policía.

“Es la fuerza armada más grande del país y los gobiernos la dejaron que hagan mientras la casa esté en orden”, graficó. “Se requieren acciones concretas. No puede un agente penitenciario sea ministro”, dijo por Casal.

Confianza

Con más optimismo que Verbitsky, en el día que Lautaro hubiese cumplido 21 años, su madre confió que espera de Scioli "un compromiso, que cambie de actitud porque quiero hechos" y señaló que "si esta no es la policía que queremos" como dijo el gobernador cuando se produjo el asesinato le pidió "que haga algo".

También estuvo el abogado de la familia, Lucio De la Rosa, quien precisó la existencia de "irregularidades" en la investigación.

Denunció que el Renault 12 en el que se desplazaba Benítez, quien alega que la muerte de Lautaro se produjo en medio de un tiroteo, fue devuelto a la esposa del policía por agentes de la policía de Burzaco el mismo día del asesinato y volvió a ser secuestrado el día siguiente mostrando huellas de disparos que no tenía el día anterior.

El miércoles, cuando se cumpla un mes de su asesinato, el Movimiento Evita liderará una marcha con los familiares frente a los Tribunales de Lomas de Zamora. Volverán a escucharse críticas a Scioli y Casal.