Pasada la efervecencia por el amplio triunfo de Mauricio Macri en la Ciudad y la excelente -para muchos sorpresiva- performance de Miguel Del Sel en Santa Fe, en el PRO comenzó a crecer la preocupación ante la pelea solitaria que dará Federico Pinedo para la diputación nacional.
La lista de legisladores por la Capital que encabeza Pinedo enfrentará las primarias y también los comicios de octubre con lista corta. Así se definió cuando Macri optó por la reelección porteña, bajó sus intenciones presidenciales y dio libertad de acción a sus dirigentes para acompañar a otros candidatos nacionales.
Pero los sondeos muestran que el impactante 64 por ciento del ballotage quedaría licuado en manos de Pinedo, cuya intención de voto oscila entre el 10 y el 20 por ciento. Es muy posible, entonces, que el candidato de Amado Boudou -y por ende de Cristina Kirchner-, Roberto Feletti, le gane al del PRO en su propio distrito.
Se podrá decir que el diputado del PRO no es la figura que mejor mide, pero lo cierto es que se trataría de un duro golpe, a pocas semanas de una victoria indiscutida. Para muchos, también impacta a la hora de negociar en la legislatura, en donde al macrismo le faltarán votos para llegar a la mayoria. No es lo mismo sentarse a conversar con un respaldo superior al 60 por ciento, que con un 10 por ciento en octubre y saliendo muy detrás del kirchnerismo.
Pasos en falso
La lista de diputados nacionales de la Ciudad fue armada por el propio Pinedo. El segundo lugar fue para Pablo Tonelli, ex procurador de la Ciudad, y en el tercer puesto aparece Cornelia Schmidt-Liermann, directora de la Comisión de Justicia de la Legislatura porteña.
Si se observa con detenimiento, ese armado dejó afuera a muchos sectores del PRO. No hubo espacio para hombres de Horacio Rodríguez Larreta. Tampoco para Diego Santilli o Cristian Ritondo, es sector peronista del partido. La pregunta que surge, entonces, es quién fiscalizará, aportará para la campaña o se esforzará en una carrera en la que hay mucho para perder y muy poco por ganar.
Pero ayer la errante campaña de Pinedo tuvo dos capítulos más. Por un lado, una buena parte de la dirigencia del partido emitió un documento en el que se apoyaba a Eduardo Duhalde. Incluso su jefa de campaña, Gladys González, firmó. Un nuevo escollo, si se tiene en cuenta que el ex presidente lleva Martín Redrado como competidor directo para conseguir una banca en el Congreso.
Se sabe que transferir el voto -en este caso desde Macri hacia Pinedo- es un mecanismo complejo y de dudosa efectividad. ¿Lograrán convencer al electorado de que voten a Duhalde como presidente, pero que corten boleta para apoyar al candidato del PRO? Parece muy complejo.
"La situación ya estaba planteada así. Fue la decisión de ir con boleta corta lo que complejizó la campaña de Pinedo. El acompañamiento a Duhalde es a nivel presidencial. Sin ese documento también se iba a tener que hacer campaña para el corte de boleta", explicó una fuente del PRO, en diálogo con LPO.
Y aseguró: "Todo el partido acompaña aa Pinedo. Todos vamos a trabajar para fiscalizar los comicios. La semana que viene va a estar Miguel Del Sel con él, por ejemplo. Y él también se manifestó a favor de Duhalde. No es que acompañemos a Redrado".
Pero quizás el paso que pocos logran explicar fue su visita a Córdoba, junto a Michetti, para acompañar a Oscar Aguad. Y menos comprensible se torna cuando, según las encuestas, se trata de un candidato que podría salir tercero. ¿Acaso el radicalismo lo acompañará en las primarias o en octubre? Resulta imposible imaginar ese escenario, teniendo en cuenta que la UCR lleva al ex fiscal de investigaciones Manuel Garrido.
Sus allegados lo ven con dudas y caído. Y en el PRO no encuentran explicaciones a estos pasos en falsos. Algunos especulan que después de las primarias finalmente habrá un acuerdo con Duhalde o incluso con Alfonsín. Pero por ahora son sólo especulaciones.