Tras la explosión de una planta de Atanor en San Nicolás, Greenpeace comprobó que hasta a 350 metros a la redonda se encontraron restos de Atrazina, un compuesto tóxico prohibido en la Unión Europea desde 2004 y restringido en Estados Unidos. En las manzanas cercanas desde hace años se detectan casos de cáncer con una incidencia muy superior a otras zonas.
El 20 de marzo pasado muchos vecinos de San Nicolás pasaron la noche encerrados en sus casas sin poder abrir las ventanas. A las 3.30 de la madrugada explotó uno de los reactores de la empresa y parte de la ciudad se cubrió de un polvo blanco altamente tóxico.
Gabriel Godoy vive a 200 metros de Atanor, en el barrio Los Fresnos. Uno de sus hijos pasó a buscarlo tras la explosión, salió a la calle y contempló una nube que terminó cubriendo zonas vecinas a la planta.
"Mi hermano vive a 800 metros de Atanor y le picaban los ojos y la garganta", relata Godoy, nacido hace 57 años en San Nicolás y vecino de Los Fresnos hace 20. "No habÃa ningún protocolo, nos decÃan que nunca iba a pasar. Pero pasó", recuerda. Ante la incertidumbre algunos nicoleños dejaron sus casas y se trasladaron a ciudades cercanas.
Al dÃa siguiente, una de las tormentas más grandes de los últimos tiempos "limpió" la zona y la empresa realizó un lavado superficial, pero los residuos permanecieron. "Asà y todo encontramos Atrazina a 350 metros a la redonda de la planta", explicó a LPO Leonel Mingo, vocero de Greenpeace.
La planta fue clausurada, pero la empresa busca reabrirla. Según el sitio Bichos de Campo, Atanor tiene el 15% del mercado de herbicidas en la Argentina y en 1997 fue comprada por Albaugh, una compañÃa estadounidense especializada en herbicidas.
"Impunidad" es la palabra que más repite Fabián Maggi, abogado ambientalista que denunció a Atanor por contaminar la ciudad. "Esto viene pasando hace años, con este gobierno y con los anteriores también. Hay causas que tienen más de una década, con sentencia", dice.
Maggi apunta contra un funcionario que debÃa analizar las consecuencias de la explosión. Iván Colángelo dijo que el material tóxico habÃa sido "contenido", pero no logró convencer a los vecinos.
Colángelo asesora de forma privada a una empresa que tiene intereses en el puerto local. La intención de Servicios Portuarios y también de Atanor, es expandir la zona industrial de la ciudad hacia los barrios, algo que los vecinos rechazan. Y creen que la actuación del funcionario busca allanar el camino para extender los lÃmites de la zona industrial.
"Estas nuevas cuatro muestras aportan datos concretos de contaminación por atrazina en San Nicolás. Vamos a seguir exponiendo la contaminación y exigiendo que se investiguen las causas y el impacto de la explosión de manera urgente", reclamó Mingo.
"Hay algo externo para que en una familia de seis personas cuatro hayan muerto o estén enfermos de cáncer, no es una cuestión de suerte", rechaza Godoy.
Desde Atanor aseguraron que tomaron muestras del aire y del suelo el dÃa del "evento" y que los resultados fueron negativos. "Los resultados de estos análisis no han detectado en aire concentraciones de ninguno de los compuestos requeridos por el Ministerio de Ambiente ni en suelo trazas de atrazina. Dicha información, respaldada por Certificados de Cadena de Custodia (CCC) y Protocolos Oficiales de Informe (PI) emitidos y firmados por el laboratorio mencionado, ha sido acreditada en cada uno de los requerimientos de los organismos de control y de las actuaciones que tramitan en sede judicial", aseguraron en un comunicado.
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