Mauricio Macri envió a la Legislatura porteña un proyecto para rezonificar el predio de La Rural, propiedad de Francisco de Narváez, en Palermo para que se pueda construir allí un Centro Nacional e Internacional de Exposiciones y Eventos.
Sin embargo, lejos de beneficiar al “colorado” se trata de una astuta jugada que promete desgastarlo. La iniciativa, presentada en diciembre, está a punto de ingresar en la Comisión de Planeamiento Urbano que maneja la peronista Silvina Pedreira.
El proyecto ya fue resistido por varias asociaciones vecinales de Palermo que, según dicen, la obra tendrá un impacto ambiental negativo para ese sector del barrio.
En concreto, se trata de rerzonificar el predio de La Rural: desafectarlo del distrito UP (Urbanización Parque) y afectarlo al distrito E4 (equipamiento). A partir de allí se podrán hacer nuevas construcciones.
El predio fue vendido en 1991, en 30 millones de dólares a la Sociedad Rural. Según publica el diario Página 12, la rezonificación, se supone, aumentaría el valor de mercado, se estima, en otros 30 millones. Es que por ejemplo se habilitaría la construcción de un centro de 20 mil metros cuadrados más cocheras.
Como única contraprestación, la empresa ofrece la apertura de la calle Darregueyra, entre la avenida Santa Fe y Juncal. Pero esa misma apertura dejaría un sector del predio disponible para la construcción de un hotel y edificios en altura.
La Sociedad Rural cedió la explotación del predio, por 25 años, a la empresa Ogden, que fue adquirida en 2003 por De Narváez.
El gobierno porteño le autorizó obras para construir el centro de convenciones en 1998, pero un año después las clausuró porque el proyecto incluía un complejo de cines y locales comerciales, que no estaban permitidos.
El proyecto enviado por Macri es idéntico al que presentó en agosto de 2007 el entonces jefe de Gobierno Jorge Telerman, que durante dos años no pudo pasar la aprobación legislativa y perdió estado parlamentario en noviembre de 2009.
¿Operación política?
Según pudo saber LPO la iniciativa fue presentada sin previa consulta a la mesa chica del macrismo menos con un sondeo previo por la oposición. “No hicieron nada, no llamaron a los referentes ni empezaron a moverlo”, dice a este medio un alto operador del PRO.
Entonces, ¿para qué presentar un proyecto que no avanza? ¿Es un buen gesto? En el macrismo creen que no. “El tema es simple, necesita 40 votos para ser aprobado y con la actual composición de la Legislatura va a ser imposible bajo todo punto de vista. Esto lo sabían en el PRO y lo enviaron igual”, comenta a este medio un importante legislador opositor de paladar peronista.
Por lo cual hay un camino que tiene que ver con lanzarlo al recinto para que no se apruebe y no pueda volver a ser tratado hasta el año que viene. Pero hay un punto más: el rechazo masivo de la oposición provocará una oleada de críticas a De Narvaéz sumado a las denuncias por las irregularidades en el uso de La Rural.
Hoy, con un jefe de gobierno que no habla con su ex aliado político, nadie en el PRO vio el envío del proyecto como un gesto sino como una provocación.