Nadie discute seriamente el enorme avance que significó la designación de Juan Luis Manzur como ministro de Salud en lugar de Graciela Ocaña. Por primera vez en más de un año se volvió a hablar de políticas sanitarias y no de investigaciones más propias de la justicia federal que de una ministra que tiene a su cargo la salud de los argentinos.

El problema es que recién llegado de Tucumán, Manzur tuvo que hacerse cargo de un Ministerio totalmente desmotivado y desarticulado por la gestión de Ocaña, en medio de una de las crisis sanitarias más serias de las últimas décadas, por la epidemia de gripe A.

Con el agravante que enfrenta esa delicada misión, muy desprotegido en términos de comunicación –se nota que aún no logró armar un equipo serio en esa área-, lo que le hizo aparecer en al menos dos oportunidades desautorizando a la propia presidenta Cristina Kirchner ante los medios. Errores de amateur, que sólo un gobierno tan ensimismado como el de los Kirchner, deja pasar.

Pero esto no es lo más grave. Manzur esta sometido por estas horas al fuego cruzado de la CGT y los prestadores de salud privados, lo que alimentó esta tarde versiones de su inminente renuncia. Seguramente son infundadas, pero puede ser que reflejen la tensión que cruza a este flamante funcionario, que podría estar amenazando con dar un paso al costado sino lo dejan manejar los resortes más sensibles de la cartera a su cargo.

Por un lado, Hugo Moyano exige el despido inmediato de Juan Rinaldi –su ex amigo y abogado- de la Superintendencia de Seguros de Salud, que maneja la fabulosa caja de unos 900 millones de los famosos APE (Administración de Programas Especiales) que se giran a las obras sociales sindicales.

Ayer Manzur despidió a Hugo Sola, un hombre muy cercano Moyano –ubicado por debajo de Rinaldi- que estaba al frente de la administración de los APE. Es una incógnita si lo hizo con el visto bueno de Néstor Kirchner –que tal vez esté seducido con la idea de manejar directamente esa caja de 900 millones-, o fue una iniciativa propia. Como sea, la medida cayó pésima en la CGT.

La presión de los privados

Pero además, Manzur enfrenta la protesta de la Cámara que nuclear a los prestadores de Salud privados que alertaron hoy mediante un comunicado que “se ha generado una situación de profunda incertidumbre en los más de 600 mil trabajadores que, sin una solución a la vista, culminará en un conflicto gremial”.

La flamante Unión Argentina de Salud (UAS), integrada por la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (ADECRA); la Cámara de Instituciones Médico-asistenciales de la República Argentina (CIMARA); la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio de Excelencia (CEDIM); la Federación de Cámaras de Empresas de Emergencias Médicas y Medicina Domiciliaria (FEM), fijó hoy su posición sobre las paritarias.

“A fin de no agregar un factor más de conflicto con los trabajadores que se encuentran abocados al combate de la gripe A, la UAS ve con honda preocupación que la situación aún no esté resuelta, siendo que el cierre está previsto para el próximo 31 de julio”, advierten los empresarios que se quejan de tener que enfrentar pedidos de aumentos salariales, mientrsa a ellos el gobierno no les autoriza incrementos en los servicios que prestan.

“El sector privado tiene los mismos problemas que el Estado. Es decir que si al estado le hacen falta mil millones, también le faltan al sector privado. Pero contrariamente a lo que ha sucedido en otras ramas como el transporte, energía, entre otras, nuestro sector no está pidiendo ningún tipo de subsidio para enfrentar esta situación, sino, que permita concretar lo que en los últimos años viene peticionando, que es obtener este financiamiento de las obras sociales, el PAMI y las prepagas”, afirman los empresarios que hoy enviaron una carta con sus reclamos a Manzur.

Los empresarios advirtieron que sino se les otorgan los incrementos reclamados “las más de 10.000 instituciones médico asistenciales” no podrán pagar los incrementos que se acuerden en las paritarias.