Hábil, Alberto Fernández reapareció públicamente a sólo pocos días de la elección que definirá el futuro del kirchnerismo. Y para hacerlo, optó por una jugada que difícilmente sea tomada con simpatía en el bunker de Néstor Kirchner: en plena cruzada entre el ex presidente y Clarín, escribió una columna para el diario donde criticó duramente el modelo kirchnerista.

Si bien en su escrito no dejó afuera a la oposición –hasta se suma a la postura K de que el 28 de junio se pone en juego un modelo de país-, los mensajes a los Kirchner fueron claros.

Mientras se pregunta “¿Qué piensa hacer la oposición para garantizar el equilibrio fiscal, el desarrollo económico y el sostenimiento del empleo si reniega del sistema impositivo, de la inversión pública y del subsidio para la continuidad laboral sin explicitar sus alternativas?”, dispara también unas preguntas de impacto directo en Casa Rosada.

“¿Qué piensa hacer el gobierno ante aquellas políticas que no han dado el resultado esperado? ¿Será capaz de rever un sistema de subsidios que, como en el caso de la actividad agrícola, sólo ha permitido una mayor concentración del mercado en desmedro de los productores primarios? ¿Persistirá en sus lógicas de acción o se animará a revisarlas?”, se cuestiona.

Y siguió contra el matrimonio presidencial: “No se puede sostener seriamente que nada ha cambiado o simplificar los problemas diciendo que lo peor ya ha pasado. Como la crisis financiera internacional perdura, deberíamos revisar lo que veníamos haciendo cuando ella nos alcanzó”.

“Algunos han delegado en publicistas las propuestas políticas. Otros que tanto han hecho para fortalecer el país confían en que alcanza con pronunciar discursos tan `confrontativos´ como insuficientes. Es necesario proponer nuevas reflexiones sobre los compromisos sociales pendientes y sobre la calidad y el sentido con que el Estado intervendrá en su acción reguladora”, aclaró líneas después.

Gira internacional

En su texto, Alberto Fernández describe varias veces el posicionamiento que la Argentina tiene en el mundo y los efectos globales de la crisis financiera. Parece así extrañar el rol que ocupaba de facto en la gestión de Kirchner. Una especie de Canciller tácito. Varios recuerdan que mientras Jorge Taiana se encargaba de organizar giras y asuntos superficiales, era el entonces jefe de ministros quien se subía al Tango 01 para negociar con Uruguay por las pasteras, con Brasil por las exportaciones o incluso con España, cuando se complicaba la situación de sus empresas en el país.

Esos tres países, justamente, se inscribieron en su reciente gira internacional, donde mantuvo encuentros con dirigentes y funcionarios de peso. Entre ellos, prestó el oído para recoger una sensación unánime: la seria preocupación que hay en el futuro económico y político de la Argentina después del clave 28 de junio.

Perfil contó el domingo que Alberto regresó el sábado al país, “para no pasar el Día del Padre fuera del país”. Pero en su paso por Madrid, mantuvo una importante agenda que incluyó al embajador Carlos Bettini, con el secretario general de la OEA, Enrique Iglesias, y con amigos personales como Juan Pablo Luque, ex hombre del Bapro de la época en que él no era kirchnerista. “Hubo tiempo también para los paseos con Vilma Ibarra por las calles y bares madrileños, contó.

Sin embargo, la versión más fuerte habla de un misterioso encuentro con Eduardo Duhalde en la capital española. Como adelantó La Política Online hace algunos días, el hombre de Lomas de Zamora dejó el país en el final del proceso electoral, una decisión en sintonía con la bronca que mantiene con el armado de la lista y la “desperonización” del candidato que él mismo impulsó, Francisco De Narváez.

Según informaron a este medio, estuvo toda la última semana en ese país y se entrevistó con la Ministra de Salud, Trinidad Jiménez, y con el Secretario de Estado para Asuntos Iberoamericanos, José Manuel De la Iglesia, con quienes analizó “la situación argentina y latinoamericana así como las relaciones bilaterales”. También mantuvo una serie de reuniones con empresarios españoles con intereses en Argentina.

En el aeropuerto de Barajas, fuera de agenda, coincidió por dos horas y media con Marco Aurelio García -principal asesor de Lula Da Silva- y con el vicecanciller brasilero Samuel Pinheiro Guimarães Neto, con quienes se puso al día de la real relación con Brasil. Ahí no fueron pocas las críticas y los temores que recogió por la situación del país.

Luego del día del padre, partió anoche a Uruguay. Esta mañana, disertó sobre "La Argentina después de las elecciones de julio y las posibles repercusiones en Uruguay", en uno de los desayunos de trabajo del ciclo 2009 organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing. La conferencia fue en el Club de Golf del Uruguay.

Su itinerario incluía un almuerzo con los capos del diario El País y unas reuniones con José Mujica y el ex presidente, Luís Alberto Lacalle.

El jueves, para concluir, volverá al país donde asistirá Jueves va al cierre de campaña de Agustín Rossi, que lo invitó especialmente.