La pulseada terminó. Francisco de Narváez le ganó la interna a Felipe Solá y encabezará la lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires del frente que componen con Mauricio Macri. La movida se veía venir, pero habrá una sorpresa: Solá renunciará a su banca actual --a la que accedió de la mano del kirchnerismo-- e irá como segundo en la nómina de macristas-peronistas disidentes.

El anuncio, publica el sitio de Clarín, lo harán los propios protagonistas en las próximas horas.

Macri se había reunido hace unos días con sus socios. Les mostró encuestas y les dijo que lo mejor era que la lista la encabezara De Narváez. Solá primero resistió, pero después entendió que no le quedaba margen para presionar.

El ex gobernador no quería ir segundo porque pretende convertirse en una opción presidencial para 2011 y consideraba que no liderar la lista en el distrito más grande del país le restaba chances. "Yo de segundo no puedo ir", había advertido. Pero algo le hizo cambiar de opinión.

"Felipe tendrá el mayor poder para subir y bajar postulantes de la lista", contó un asesor de De Narváez. La misma fuente aportó un dato político: "Los sondeos nos indican que del único modo que le podemos hacer fuerza o incluso ganarle al kirchnerismo es con los dos juntos". De Narváez da por descontado que la carta del oficialismo será Néstor Kirchner.

El espacio de peronistas disidentes y macristas hará una importante campaña de instalación de los candidatos. El jefe de Gobierno porteño, incluso, ya se comprometió a subirse al tren proselitista con ellos para recorrer el Conurbano. En la foto también aparecerá Gabriela Michetti, flamante candidata a diputada nacional por la Capital Federal.

Además, como tercera candidata trascendió que podría estar Claudia Rucci, la hija del dirigente sindical asesinado a mitad de la década del ´70.

Solá y su armado: ¿afuera Kirchner?

Claro que el gesto del ex gobernador, quien tendrá a cambio la mayoría de dirigentes de su confianza en las listas, es un golpe mortal a la candidatura de Néstor Kirchner.

Es que, mientras De Narváez asegura el voto de la clase media de centro derecha a partir del eje de campaña en la seguridad, Solá es quien puede aglutinar el “aparato” bonaerense que tanto codicia Kirchner para su estrategia electoral.

Por ello, con esta jugada Felipe garantiza que dirigentes de peso como Osvaldo Mércuri, Jorge Sarghini o Jorge Villaverde, junto a un grupo de intendentes y punteros peronistas, se queden bajo su ala.

Es más, esto podría potenciar un éxodo más importante de las filas del kirchnerismo hacia el PJ disidente.

Esta situación minaría la candidatura del ex presidente quien, con esta jugada, cada vez ve más lejana la posibilidad de llevarse una victoria en la provincia de Buenos Aires.