Elisa Carrió dejó trascender ayer que no se presentaría como candidata a diputada nacional y, por lo tanto, no disputaría el espacio con la macrista Gabriela Michetti en la Ciudad. Así, dejaría al economista Alfonso Prat Gay para que encabezara la lista de Coalición Cívica. Sin embargo, parece que se guardaba un as en la manga: pidió que le guardasen el segundo lugar en la nómina.

Según el diario Crítica de la Argentina, tres fuentes del partido le confirmaron la estrategia de la ex diputada. “Teníamos un problema: estaba en duda quién era el candidato. Ahora está definido, es Alfonso y tenemos que apuntalarlo. Pero eso no significa que Lilita no sea candidata. Sólo implica que no será la primera de la lista”, explicó una de las fuentes al matutino y asegura que piensa que de esa manera podrá “traccionar” al economista y estará “liberada” para recorrer el país en busca de “nacionalizar” la campaña.

Carrió decidió su jugada prestando más atención a factores externos que a sus propias ideas, explica el diario. En primer lugar, la empujó Mauricio Macri cuando cerró la puerta a cualquier intento de acuerdo electoral entre las dos fuerzas. La líder de la Coalición Cívica había ofrecido, al menos, un pacto de no agresión que tenía como principal objetivo evitar el cruce de su candidatura con la de Gabriela Michetti. La oferta no encontró respuesta en el Gobierno porteño. Tenía una gran dificultad para la vicejefa, ya que el convenio prescindía del ingeniero: “Un macrismo sin Macri”, como lo llamó Carrió. La propuesta terminó por enojar a Michetti.

El segundo motivo que llevó a optar por Prat Gay –aún más decisivo que el primero–, fue la todavía no oficializada candidatura de Michetti a diputada nacional. “No podemos competir. Defendemos los mismos principios”, había argumentado Carrió. Con el economista en el primer lugar, se evitará los cruces de la campaña con la otra mujer que, junto a ella, concentra la mayor intención de votos del distrito. También es cierto que con Prat Gay a la cabeza no habrá alto voltaje con los candidatos del PRO: él mantiene un estrecho vínculo con los principales referentes del macrismo. De hecho, después de dejar la presidencia del Banco Central en 2004, fue el actual jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, quien le ofreció pelear por el primer cargo legislativo. Prat Gay dijo “no”.

“Carrió va a estar en la ciudad. Pero también en todo el país. Mientras que Macri y Michetti municipalizan la elección, Carrió nacionaliza el debate. Y en este escenario no se puede quedar dentro de la tranquera. El país discute un modelo de país: el kirchnerista o el nuestro, el de la Coalición Cívica”, afirmó un asesor de la fundadora del ARI.

Desde la vereda PRO tienen una lectura más agresiva: “No quiere ser la cara de la derrota. En todas las encuestas, Gabriela la dobla en votos”.

No es la primera vez que Carrió muestra una carta para “asustar”, sin revelar todo el juego. En marzo de 2007, cuando aún no había encontrado el nombre que compitiera contra Macri por la Jefatura de Gobierno, llegó a decir que, “si era necesario”, sería ella la candidata. Finalmente, su hombre fue Jorge Telerman. Luego, tras la victoria de Cristina en 2007, anunció que se “retiraba al mar”. Unos días más tarde, se colocó al frente del proyecto opositor. Ayer hizo circular que este año no sería candidata. Lo cierto es que tiene reservado el segundo lugar en la lista.

La maniobra de Carrió es un seguro electoral ante la posibilidad de que Prat Gay no crezca en las encuestas. El economista corre el riesgo de quedar fuera del podio. Frente a él tendrá a dos o tres candidatos de peso: Michetti, Aníbal Ibarra y, probablemente, Jorge Telerman, si opta por pelear una banca nacional y no un escaño en la Legislatura.

A principios del año pasado, ya había dicho Carrió que sería candidata, pero en el séptimo lugar. “Voy a empujarlos desde abajo”, bromeaba. Sus declaraciones parecían más un intento creativo por apuntalar nuevas figuras que una estrategia. Un año más tarde, el viejo “plan A” retomó actualidad, más por imposición de la realidad que por elección.