El zigzagueo emocional que vivió la política porteña en la última semana aún no fue superado. Alianzas y candidatos se armaron y se evaporaron en cuestión de horas, al ritmo del ajedrez electoral que disputaron Néstor Kirchner y Mauricio Macri.
Los derrotados del jueves, cuando Macri anunció el desdoblamiento de las elecciones porteñas, festejaron el viernes, cuando Cristina Kirchner impulsó el adelantamiento de los comicios nacionales. Dos casos: Alberto Fernández y Aníbal Ibarra. Una situación exactamente inversa, de un día al otro, vivieron, por ejemplo, Elisa Carrió y Jorge Telerman. Ellos no querían la unificación.
También se apuró la medición de figuras electorales, según detalla hoy La Nación. El kirchnerismo empezó a evaluar la candidatura del conductor radial Alejandro Dolina y la Coalición Cívica casi definió que Carrió liderará la lista; el economista Alfonso Prat-Gay pasaría a la provincia de Buenos Aires.
En el macrismo, Gabriela Michetti será candidata. El dilema es si lo será a legisladora porteña o a diputada nacional. Antes de irse de vacaciones, ella le dijo a su jefe, Macri, que prefería ingresar en la Legislatura. Apoyaron el reclamo Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, Diego Santilli y Néstor Grindetti, contra la voluntad de Federico Pinedo, Cristian Ritondo, José Torello y el mismo Macri, que finalmente cedió y desdobló las elecciones. La vicejefa, en ese escenario, encabezaba las postulaciones para legisladores porteños.
Con Michetti al frente de la lista, Macri presentía una amplia victoria, que debía desembocar en la obtención de la mayoría parlamentaria dentro de la Legislatura. Justo por no tener más de 30 diputados, el año pasado el oficialismo porteño se vio impedido de aumentar algunas tasas y crear otros impuestos. En medio de la crisis, Macri quería controlar esos resortes.
Pero apareció Kirchner, adelantó las elecciones nacionales y las pegó a las porteñas. Todo se dirimirá el 28 de junio. Con la unificación, Michetti cambiaría su destino: en el gobierno porteño intuyen que ahora deberá competir contra Carrió “si esta confirma su candidatura, obviamente” en el camino al Congreso.
Carrió prefería el desdoblamiento para no competir con Michetti. La vicejefa, que suele padecer psicológicamente las contiendas electorales, también se sentía incómoda ante la hipótesis de una pelea con su amiga Carrió. Macri hizo lo posible por evitarles el trauma, pero Kirchner deshizo la estrategia. En el ambiente político porteño muchos consideran que esto fue acordado. En el macrismo lo niegan.
Ahora, en la ciudad consideran que si Michetti y Carrió se enfrentan en junio estarán dirimiendo una de las principales candidaturas presidenciales opositoras para 2011. Será Carrió contra Macri, en ese caso.
El kirchnerismo parecía dispuesto a competir por dos carriles, uno con el apuntalamiento de Alberto Fernández (con Aníbal Ibarra como candidato) y otro con la logística y el apoyo del aparato del Suterh (con Jorge Telerman a la cabeza, aunque éste rechaza a Kirchner). La "variable Telerman" ahora está en duda, pues el ex jefe porteño pretende discutir temas locales y no el liderazgo de Kirchner, como se supone que se planteará en la campaña.
Alberto Fernández comandará la contención del progresismo y el kirchnerismo crítico, e intentará trasladarla a la candidatura de Ibarra. Si no se cierra un acuerdo con Ibarra, el elegido sería Rafael Bielsa. Filmus y Ginés González García ya rechazaron la postulación, y por las dudas el Gobierno también mide a Héctor Timerman y a Dolina. El escenario, de todas maneras, puede cambiar todos los días.