Casi 48 horas después de la renuncia de Evo Morales, finalmente Mauricio Macri se refirió a la crisis en Bolivia y sostuvo la controvertida posición del canciller Jorge Faurie de evitar hablar de un golpe de Estado.

"Quiero dejar claro que repudiamos la violencia de cualquier tipo y bajo cualquier circunstancia", aclaró Macri en un paréntesis de su discurso en el acto de apertura de la Jornada del Cuerpo de Abogados del Estado.

"Nosotros creemos en el diálogo como único mecanismo de salida de cualquier crisis que pueda tener una nación", que dijo estar preocupado por la situación en Bolivia.

"Las elecciones son la mejor manera de transparentar la voluntad del pueblo boliviano y que sus mecanismos previstos en su Constitución son los que van a permitir resolver esta cuestión", agregó el presidente en línea con lo manifestado por Faurie, que esta mañana reiteró que el objetivo es que la Asamblea Legislativa designe a un presidente interino y convoque a nuevas elecciones.

"Como establece la Carta Democrática Interamericana de la OEA la celebración de elecciones libres y justas son esenciales para la democracia", agregó Macri, que insistió en que espera que "rápidamente puedan convocar nuevamente a elecciones".

Faurie: "Lo de Bolivia no es un golpe de Estado"

Los dichos de Macri sostienen la posición del Gobierno de negar que la salida de Evo Morales haya sido a raíz de un golpe de Estado, una idea que el canciller Faurie ha reiterado en infinidad de entrevistas en las últimas 48 horas.

A pesar del intento del canciller, la idea de negar el golpe parece más debilitada a cada minuto. El radicalismo casi completo, encabezado por figuras como Mario Negri, Gerardo Morales y Martín Lousteau, ya se despegó de la posición del gobierno, lo mismo que el diputado macrista Daniel Lipovetzky o el abogado de Macri, Fabián Rodríguez Simón. Además, los diplomáticos de carrera se rebelaron y condenaron el golpe, mientras que la ex canciller Susana Malcorra cuestionó duramente la posición de Faurie y Macri.