Con los votos de los radicales no frentistas, los socialistas disidentes, Coalición Cívica, Pares y Cambiemos, el justicialismo lograría imponer la voluntad del gobernador electo: Reforma Constitucional con cláusula de reelección.

Solamente dos meses después de solicitarlo públicamente, Omar Perotti estaría logrando lo que el socialismo no pudo durante doce años de mandato. El tratamiento del anteproyecto de reforma de la Carta Magna de la Provincia llegaría como un baldazo de agua fría en el último tramo del gobierno de Miguel Lifschitz, quien infructuosamente había intentado lo mismo sin lograr el consenso necesario.

Fue su propia fuerza política, la misma que le negó la discusión sobre una eventual cláusula de reelección la que le brinda la bala de plata al recién llegado justicialismo. Sorpresivamente, tras el acuerdo formulado días atrás cuando el radicalismo había adelantado que iba a dar la discusión en la nueva conformación de la Cámara desde diciembre, los legisladores que responden a los diputados Julián Galdeano y Santiago Mascheroni volvieron al ruedo.

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De este modo, los radicales del MAR y Universidad aportan seis voluntades a los 22 votos que ya tenían garantizados desde la oposición a Lifschitz. Además de los citados, Héctor Gregoret, Patricia Tepp, Susana Bertone y Alejandro Boscarol suman su apoyo, a los cuales se adicionan los de Verónica Benas, referente de PARES, Ariel Bermúdez, de la Coalición Cívica, Rubén Giustiniani y Silvia Augsburger, de Igualdad y Participación.

Finalmente y tal como era esperado, Eduardo Di Polina, el diputado jefe del bloque socialista y llamado "díscolo" por el Gobernador Lifschitz (adelantó que votaría la fórmula encabezada por Alberto Fernández y no al candidato del Gobernador, Roberto Lavagna), mantiene su voluntad reformista y apoya el tratamiento del proyecto.

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Si bien desde Cambiemos negaron haber tenido un contacto oficial con el justicialismo en vistas al acuerdo necesario para aprobar la iniciativa, es un secreto a voces que los nueve integrantes de esa bancada no significarían un escollo para emprender la reforma.

Votaron en contra en agosto del pasado año con el argumento de haber sido un trámite veloz y con la sospecha de que la cláusula de reelección era un pedido del Gobernador Lifschitz, pero meses antes se habían mostrado a favor de modificar la Constitución Provincial.

De este modo, previo al 30 de noviembre como fecha límite, la Cámara Baja se prestaría a tratar y aprobar el anteproyecto que ya tendría en Senadores un amplio consenso para ser validado y de este modo, permitir el llamado a elecciones de convencionales constituyentes que se presten a la tarea.