A medida que pasan las semanas comienza a cristalizarse la posibilidad de que Joe Biden y Donald Trump vuelvan a enfrentarse por la presidencia de Estados Unidos en 2024. En contra de ambos protagonistas aparece la figura de John Bolton, que en menos de una semana fustigó la estrategia de los demócratas en la guerra de Ucrania y en paralelo dijo que el Partido Republicano debe evitar a como dé lugar que un segundo mandato en la Casa Blanca del ex desarrollador inmobiliario.

Fiscal general adjunto en el gobierno de Ronald Reagan, embajador ante la ONU con George W. Bush y consejero de Seguridad Nacional con Trump, la historia de Bolton es la de un testigo privilegiado de la política y la diplomacia en Washington a lo largo de las últimas tres décadas.

En conversación con LPO, analiza el estado de la relación bilateral entre EU y México, opina sobre la actualidad de América Latina y comenta el rumbo de la guerra en Europa.

El tráfico de fentanilo se ha convertido en un tema central de la agenda de seguridad entre México y Estados Unidos, ¿Qué opina de las acciones en curso emprendidas entre ambos gobiernos?

México y Estados Unidos tienen que ser aliados y amigos porque tenemos una frontera común. Obviamente hay problemas de larga data que afectan a ambos como el fentanilo, la migración ilegal o el tráfico de drogas y personas que son trasladadas a la frontera desde Centroamérica.

Estados Unidos debe analizar qué puede proponer para resolverlos desde su posición, pero siempre debe considerar la posición de México y lo que esas acciones implican para México y su estado de derecho.

¿El presidente Andrés Manuel López Obrador es un aliado de Estados Unidos en estos temas?

En Estados Unidos algunas personas han sobreactuado con este tema. Creo que hay críticas legítimas a las políticas de López Obrador pero plantear el uso de fuerzas armadas en México, especialmente sin una participación de militares mexicanos, es algo que no tiene sentido.

Senadores y congresistas del Partido Republicano así lo proponen....

La única posibilidad de un escenario así sería que México pidiera apoyo militar y que fuera un esfuerzo conjunto con Estados Unidos como ya ha sucedido en el pasado durante la administración de George W. Bush. A fin de cuentas, toda la violencia que generan los cárteles en México y que lastiman a la sociedad civil en México también lastima a Estados Unidos.

Para avanzar es preciso que ambos gobiernos, en todas sus instancias, tengan diálogo y no se estén cuestionando.

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¿Considera que la estrategia de la administración Biden en Venezuela es demasiado permisiva con el chavismo?

Biden ha sido poco efectivo en Venezuela así como me arrepiento de que en la administración Trump tampoco fuimos capaces de ayudar al pueblo venezolano que sufre el régimen de Nicolás Maduro.

Es muy evidente que tanto Maduro como sus principales funcionarios están ganando mucho dinero a partir de sus vínculos con el narcotráfico, esto ya desde tiempos de Hugo Chávez, a lo cual se agrega la presencia de Rusia y China en Venezuela lo cual implica un problema para el hemisferio.

Pienso que la mejor salida sería reactivar lo planteado por el Grupo de Lima en 2018 y 2019 y ser muy firmes en que Maduro es un presidente ilegítimo. Este debe ser ratificado por los principales gobiernos de Occidente al mismo tiempo que se asiste al pueblo de Venezuela.

¿Fue un error haber apostado desde la administración Trump por Juan Guaidó para que encabece una eventual transición democrática?

Es muy difícil desde el exterior decir quién puede conducir la vía democrática en Venezuela, lo que nosotros vimos cuando estuve en la Casa Blanca es que Guaidó fue la primera persona del anti chavismo que tuvo la posibilidad de unificar a toda la oposición, algo que nunca había sucedido desde los inicios de Chávez.

¿Era Guaidó la mejor persona para ese proceso?, no lo sé, sobre todo por la complejidad de la situación en Venezuela y los desafíos que tuvo que enfrentar en especial en lo referido a los apoyos que se esperaban de otros países de la región como es el caso de Colombia.

Ahora la realidad es que Maduro sigue en el poder y la oposición vuelve a estar dividida en parte por la política tanto de Trump como de Biden que creen que pueden negociar un proceso electoral con Maduro cuando sabemos que esas elecciones nunca serán libres mientras dure el gobierno de Maduro.

Tal vez el tiempo de Guaidó esté finalizado, tal vez, pero yo creo que en su momento él hizo un buen trabajo en un contexto extremadamente complicado.

¿El asesinato de un candidato presidencial en Ecuador da cuenta de un momento de inestabilidad en Sudamérica?

Creo que hay un riesgo de inestabilidad en Sudamérica. Lo reflejan el asesinato del candidato ecuatoriano a manos de grupos criminales o el involucramiento de China con regímenes de izquierda muy corruptos.

Por otra parte, Argentina está en el proceso de lo que puede ser un cambio importante y que tiene que ver con un ideal para la región que es que los pueblos se puedan expresar en elecciones libres.

Estados Unidos no debe escatimar esfuerzos para limitar la influencia de China en la región, la misma que tiene en África y en Asia. Es una influencia que va por negocios en cuestiones alimenticias, de producción de materias primas, de energía, negocios que son positivos para China pero no para los países de la región.

El año pasado usted motivó contestaciones de algunos gobiernos de la región cuando le dijo al presentador de CNN, Jack Tapper, que usted había organizado golpes de estado.

Tapper me preguntó si lo que Trump había organizado el seis de enero del 2020 había sido un intento de golpe de estado. Yo dije que no porque los golpes de estado son muy complicados de organizar y que Trump no tenía esa capacidad de organización.

He ocupado diversas posiciones en mi vida y he estado involucrado en política internacional largo tiempo y mucha gente que me ha conocido y puede decir que lo que siempre he intentado es que los pueblos puedan tomar sus propias decisiones. A veces con resultados positivos, a veces negativos, pero esa siempre ha sido la idea y una vez que los pueblos deciden de modo legítimo eso para mí siempre ha sido indiscutible.

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Recientemente cuestionó, en un artículo en The Wall Street Journal , el rumbo del conflicto en Europa, ¿Se puede ganar la guerra contra Rusia?

Se necesita una nueva estrategia en Ucrania si queremos un final exitoso. El plan de Biden ha evitado un triunfo ruso pero se necesita pensar en cómo ganar la guerra para evitar que Putin quiera hacer lo mismo con otros países que pertenecieron a la ex Unión Soviética.

La OTAN ha sido muy cautelosa para evitar un conflicto mayor y ha caído en el relato de la supuesta capacidad nuclear de Putin cuando es conocido en la comunidad de inteligencia que esa capacidad no es tal y dista mucho de poder desafiar a la OTAN.

¿Las sanciones económicas ya no son un mecanismo de presión efectivo?

He trabajado este tema durante mucho tiempo y es necesario repensarlo. En algunos casos las sanciones pueden funcionar pero en otros es más difícil porque Estados Unidos no tiene la fuerza necesaria para que esas sanciones se traduzcan en un daño económico real a quien les son impuestas.

Es muy fácil anunciarlas y funcionan para las relaciones públicas pero aplicarlas es algo tedioso y muy complicado. A esto se agrega que muchas veces las propias empresas occidentales colaboran para eludir los efectos de las sanciones en países donde tienen operación y que están sancionados.

En el caso de Rusia las sanciones han causado algún daño, pero muy menor y esa es la explicación de por qué la guerra continúa.

¿Qué sería lo peor de un segundo gobierno de Trump?

Estoy muy preocupado por un regreso de Trump. Creo que en su primer periodo dañó a Estados Unidos tanto en su agenda internacional como en la doméstica pero eran daños que podían ser reparados y en muchos aspectos lo fueron pero en un segundo mandato los daños serán irreparables.

Es muy importante que el pueblo estadounidense entienda que Trump es un riesgo para todo el sistema democrático.

¿Ron De Santis puede ganarle en las primarias?

Si, creo que todavía puede ganar la nominación, va a depender mucho del debate de agosto entre candidatos republicanos ya que Trump va a llegar con una situación judicial mucho más delicada que la actual.