El único que podrÃa descarrilar el triunfo es el propio AMLO. Su afán de protagonismo y hasta el encono con sus adversarios, lo han llevado a cometer errores. |
Las precampañas con miras a la renovación de la presidencia de México dieron comienzo esta semana con los candidatos que ya se conocen: Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Samuel GarcÃa, aunque realmente estos ejercicios serán una simulación, pues al ser candidatos únicos en los partidos, no tienen ya contra quién competir.
Sin embargo, se vienen 7 meses de un golpeteo polÃtico que será muy intenso y que sólo un desastre podrÃa descarrilar el tren de Morena en 2024, pues las encuestas más "cerradas" dan a Sheinbaum hasta 10 puntos de diferencia con su más cercano competidor que es Xóchitl Gálvez.
Es asà que esta elección la tiene prácticamente ganada el partido guinda, no sólo porque las encuestas asà lo marcan, sino porque además, hay demasiada evidencia de que el Frente Amplio por México simplemente no se puede terminar de poner de acuerdo y exhibe a cada momento fracturas que se traducen en un escenario endeble para Gálvez, quien dicho sea de paso, también está perdiendo protagonismo en la competencia.
Y es que el "efecto Xóchitl" parece haber pasado y ese incremento en la popularidad de la hoy senadora con licencia, parece haberle alcanzado sólo para conseguir la candidatura, pero en la medida en que el Presidente Andrés Manuel López Obrador dejó de mencionar a Gálvez en su conferencia matutina, el peso polÃtico que habÃa alcanzado se fue diluyendo.
En últimas semanas por ejemplo, no sólo el PRD ha amenazado con dejar el Frente, sino que la misma Gálvez ha tenido lapsus en los que ha manifestado su animadversión hacia el presidente del PRI, Alejandro Cárdenas, lo que deja plena evidencia que el Frente está lejos de ser esa máquina que necesita Gálvez como motor para remontar en la encuestas.
Además, Sheinbaum contará con todo el peso del Estado a su favor y, ante la inacción del INE para realmente hacer valer las leyes electorales, hay vÃa libre para el partido guinda para que su candidata vaya en caballo de hacienda hacia la elección.
López Obrador supo construir de buena manera ese camino a la elección del 2024 con una estructura sólida y hasta con candidatos a su antojo en los nueve estados en los que habrá elecciones: Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Ni el fracaso en manejo de la pandemia, la escandalosa cifra de asesinatos en el sexenio, el estrepitoso caso de corrupción del desfalco en Segalmex, el desabasto de medicamentos, la fallida refinerÃa de Dos Bocas, el remedo de Aeropuerto que resultó ser el AIFA o tantas tropelÃas más que el Gobierno de López Obrador ha protagonizado en la actual administración parecen suficientes como para que pierdan la elección.
Tal parece que el único que podrÃa descarrilar el triunfo es el propio Presidente, pues su afán de protagonismo y hasta el encono con sus adversarios, lo han llevado a cometer errores en los que incluso llegó a perder el control de la agenda nacional, como fue en su momento la revelación periodÃstica de la casa gris.
Ese fue un golpe que, en términos boxÃsticos, requirió una cuenta de protección al Presidente y mandó al adversario a la esquina neutral. ¿Será capaz la Oposición de repetir un golpe como ese? Ya se verá...
Twitter: @campudia
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