Para efectos de analizar el fondo de por qué presentó ahora el Presidente su paquete de modificaciones, queda claro que persigue intereses electorales. |
El Salón Parlamentario del Palacio Nacional sirvió este 5 de febrero como escenario de uno de los eventos más desafortunados de la polÃtica mexicana de los últimos tiempos, especÃficamente del Poder Ejecutivo, en el que el Presidente Andrés Manuel López Obrador se organizó su propio cónclave para presentar una veintena de reformas constitucionales bajo los aplausos de sus propios invitados y en detrimento de la Constitución, que el mismo titular de Ejecutivo dice respetar, pero busca reformar.
Más de uno quedó con las cejas levantadas después de que el López Obrador citó por la tarde a un evento denominado "Ceremonia de exposición de las iniciativas de reforma a la Constitución", en el que lo único que no hubo fue una exposición clara de motivos y alcances sobre los cuales se buscan hacer esas modificaciones constitucionales, sino por el contrario, se trató nuevamente de diatribas al aire, como comúnmente se hacen en la conferencia matutina desde el salón TesorerÃa de Palacio Nacional, para tratar de justificar los cambios que se buscan hacer a la Carta Magna.
Y es que para nadie es un secreto que estas reformas constitucionales que busca el Presidente están simplemente fuera de los tiempos apropiados para tal fin, y es claro que estamos ante una estrategia muy poco velada de sacar ventaja polÃtica en tiempos electorales.
¿Por qué hasta el fin del sexenio y en año electoral se proponen estas reformas?, se le preguntó al presidente en su conferencia matutina del 6 de febrero, un dÃa después de la presentación de las mismas, a lo que el tabasqueño simplemente contestó:
"Porque hasta ahora se dieron las condiciones y porque vienen las elecciones y el pueblo va a decidir. No va a ser nada más qué candidato gana o ver qué partido, alianza o candidato gana, es decidir por un proyecto y eso considero es más importante", asà de claro y asà de simple.
Sin tapujos, el Presidente reconoce, pues, que se trata de un movimiento para sacar algún tipo de beneficio para la causa que encabeza, pese a lo burdo, inverosÃmil o falto de ética que pueda sonar.
Sin embargo, lo que el Presidente busca, en el fondo, no sólo es un beneficio electoral, sino la instauración y perpetuación de su visión de lo que debe ser México y por adelantado está apostando a darle a Claudia Sheinbaum una agenda la cual seguir, aunque él ya no esté en el poder, puesto que de antemano sabe que en este periodo legislativo difÃcilmente saldrán todas las reformas, de entrada, porque Morena carece de los votos necesarios para aprobarlas, pero también porque algunas otras no tienen ni pies ni cabeza. Sin embargo, López Obrador hoy sabe que lo que no le falta es tiempo. Ha esperado más de 20 años para esto y ahora podrÃa ver cristalizados sus cambios constitucionales en esta o la siguiente administración.
Cabe destacar que, además, el tabasqueño apuesta a algo que en su momento han aplicado la mayorÃa de los presidentes en turno en sus iniciativas: hacerlas de entrada muy radicales para que cuando haya que hacer negociaciones entre las fuerzas polÃticas, se tenga un margen de maniobra por parte de los interesados para sacar adelante las modificaciones. El tÃpico: "te pido 10, para que me termines dando 5".
Es por eso que lo que seguramente pasará es que las iniciativas seguramente irán "por capas", es decir, el paquete es tan grande que las irá presentado Morena a manera y conveniencia del titular del Ejecutivo y las que no sean aprobadas, inmediatamente serán utilizadas como bandera polÃtica desde Palacio Nacional para repetir los mismo que se ha dicho hasta hoy: "por eso necesitamos las reformas, porque los conservadores frenan el cambio y el bienestar del pueblo".
Y decimos que algunas de las iniciativas propuestas por el Presidente parecen tener un destino incierto, simplemente porque desde su planteamiento parecen no tener un mÃnimo de sustento, como prometer atención médica gratuita cuando ese derecho ya está consagrado en la Constitución y su gobierno ha sido sumamente señalado por falta de cobertura y errores en la polÃtica de salud, al grado de desaparecer el Insabi.
Tampoco se entiende por ejemplo, cómo se busca respetar las zonas con escasez de agua y solo autorizar en ellas concesiones para uso doméstico, con los daños que ello conlleva para la agricultura, la ganaderÃa y la industria en gran parte del paÃs.
Igualmente hay que decir que simplemente no se entiende cómo el Presidente pretende poner en la misma canasta de la prohibición dispositivos como los vapeadores y el fentanilo, sin reconocer las diferencias entre uno y otro, asà como las propiedades del primero como apoyo para ayudar a fumadores a dejar el hábito y las analgésicas que tiene el segundo para la medicina.
¿O a usted le ha quedado claro de dónde saldrán los recursos para modificar el sistema de pensiones de 1997 en los términos que busca López Obrador para que los trabajadores se retiren con el 100 por ciento de su sueldo, pese a su bolsa de 64 mil millones de pesos que a todas luces es insuficiente?
Y podrÃamos seguir señalando el cúmulo de incongruencias que sostienen las iniciativas del Ejecutivo, pero para efectos de analizar el fondo de por qué presentó ahora el Presidente su paquete de modificaciones, queda claro que persigue intereses electorales, de agenda para la siguiente administración y de paso, el desvÃo de atención de temas como corrupción y hasta nexos con el narco que han perseguido en las últimas semanas al inquilino de Palacio Nacional. En términos prácticos: se busca una carambola de tres bandas.
Twitter: @campudia
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