Cuando Luis Serna, mano derecha y hombre de extra confianza de Miguel Ángel Mancera, pidió la renuncia masiva del Gabinete, dejaba en evidencia la insatisfacción que había en el Gobierno de la Ciudad con algunos funcionarios. El lanzamiento presidencial se acerca, y hay secretarios que dan más problemas que soluciones.

Pero la jugada de Serna fue corregida por el propio Mancera, que no quería el impacto mediático de una renuncia masiva. Como reveló La Política Online, el secretario privado del Jefe de Gobierno incluso puso a disposición su propia renuncia a modo de disculpas, que por supuesto fue rechazada.

Ahora, con el correr de los días, se empieza a confirmar el anticipo de LPO. Efectivamente eran tres los puestos cuestionados. El primer señalado era Rodolfo Ríos Garza, procurador de la Ciudad, que ayer por la tarde presentó su renuncia.

Por supuesto, se trata de una despedida solicitada desde la propia oficina de Mancera. Ríos Garza no sólo carga con los malos números de su gestión al frente de la PGJ sino que además encabezó algunos escándalos incomprensibles para su cargo, como revictimizar a una joven asesinada en redes sociales.

"El jefe de Gobierno agradece la labor que desempeñó el ahora ex procurador, demostrando en todo momento responsabilidad, honestidad, lealtad y eficacia en su trabajo; asimismo, le desea éxito en sus futuras aspiraciones y responsabilidades profesionales", lo despidió con elegancia y diplomacia el gobierno central.

Por estos días, y en silencio, ingresarán a revisión otros dos funcionarios. La primera es Tania Müller, apuntada desde hace más de un año por los nulos avances en materia de combate a la contaminación, pero que también tuvo sus polémicas, como las reiteradas muertes en el Zoo de Chapultepec.

"Édgar Amador, de Finanzas, también debería irse. Está en la mira", reveló en off the record un encumbrado funcionario de la Ciudad. ¿Completará Mancera su solapado y último cambio de Gabinete antes de ingresar en la campaña presidencial?