La sucesión en la Ciudad de México ya inició. El proceso electoral de 2018 está en puerta y los protagonistas comienzan a moverse y a obligar a que actúen en consecuencia quienes los sustituirán. Este es el caso de Patricia Mercado, la secretaria de Gobierno capitalina, a quien Miguel Ángel Mancera ya está pasando las carpetas de seguimiento del Gobierno de la Ciudad, "antes de octubre o noviembre". Pues no hay plazo que no se cumpla.

De acuerdo con esta versión, a la que tuvo acceso La Política Online, Mercado Castro sería la tercera titular de la Segob capitalina que asumiría el cargo de Jefe de Gobierno, luego que Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador dejaron a Rosario Robles y a Alejandro Encinas para competir por la presidencia. Y, también, Patricia se convertiría en la segunda jefa de gobierno y la segunda que no es perredista.

Con la recomendación de Luis Serna Chávez, el hombre de más confianza para Mancera en su gabinete, Patricia Mercado sustituyó a Héctor Serrano, líder de la tribu Vanguardia Progresista. "Este cambio se debió a que Serrano es un operador político eficiente para los propósitos de Mancera. Patricia se encargaría de mantener el equilibrio en el DF, mientras Serrano pone en movimiento su influencia en pos de la candidatura de Mancera", explican a LPO desde el Palacio de Gobierno capitalino.

La antipatía de ambos, no obstante, no disminuyó en estos años en los que Mercado dejó la Secretaría del Trabajo de la Ciudad y sustituyó a Serrano en la Secretaría de Gobierno. Al contrario, entre los allegados al jefe de Gobierno hay dudas sobre la coordinación entre ambos personajes, y ya se lo hicieron saber. Pues ahora más que nunca Mancera Espinosa necesita de todo el capital político para negociar por un lado con la cúpula del Sol Azteca, y por el otro con Los Pinos, sus dos grandes aliados en la búsqueda de la candidatura.

Por ello, en una reunión a la que citó a Serrano y Mercado, el mandatario capitalino los exhortó a dejar sus diferencias, las cuales deberán resolver después de los comicios de 2018. En respuesta, ambos se comprometieron a trabajar en sus coincidencias; una en particular: la presidencia de la república a partir de un frente amplio ciudadano que hasta este momento cuenta con el respaldo del PRD y Movimiento Ciudadano.

En este contexto, a la todavía secretaria de Gobierno le tocará organizar el proceso electoral en la Ciudad, donde el último encargo de su jefe no es otro sino debilitar lo más posible a Morena, para que el inminente triunfo del partido de AMLO no supere el 63% con el que Mancera ganó las elecciones en 2012.

La tarea no será fácil para la quizá próxima jefa de Gobierno.