Las elecciones municipales de octubre en Brasil podrÃa ser la primera que no logre desconectarse con el clima de polarización nacional. Antes, si bien en algunos distritos puntuales el clima polÃtico nacional ha influido, siempre se caracterizó por un proceso donde los intereses municipales de cada ciudad lograban imponerse sobre la situación general.
Ahora, la hiperpolarizacion que vive el paÃs será un factor determinante para la definición de las alcaldÃas y, como adelantó LPO, se convertirá en un ring donde Lula y Bolsonaro medirán su fuerza territorial.
Lula y Bolsonaro se preparan para medir su poder en las elecciones municipales
El Partido Liberal de Bolsonaro busca convertirse en el partido con más alcaldÃas mientras que el Partido de los Trabajadores intentará recuperar territorios claves como San Pablo y avanzar en co-gobiernos en las capitales que fueron perdidas en 2016 al calor de la destitución de Dilma Rousseff y las acusaciones de corrupción.
En 2020 no ganaron ninguna capital estatal y actualmente gobierna 182 ciudades, menos de la mitad de las que gestionaba dos décadas atrás.
Por este motivo, Lula será el gran elector para que su partido vuelve a estar en la centralidad de las grandes ciudades del paÃs como São Paulo, RÃo de Janeiro, Brasilia, Porto Alegre o Belo Horizonte dado que en el interior del paÃs los partidos del Centrao (bloque de partidos que controlan el Congreso) suelen tener hegemonÃa.
En este marco, Atlas publicó una encuesta en la que confirma el escenario de polarización y destaca que casi el 90% del electorado tiene una posición definida sobre la polarización entre los dos movimientos polÃticos, incluidos el anti-PT y los antibolsonaristas. Sólo el 23% de la población prefiere un candidato no alineado con Lula o Bolsonaro.
"Esto revela un espacio limitado y una desventaja estructural para los candidatos centristas en las carreras electorales. Sin embargo, los centristas que logran llegar a la segunda vuelta aumentan sus posibilidades de derrotar a un candidato extremista", agrega.
En otro fragmento del análisis, Altas plantea que el bolsonarismo y el lulismo determinan la posición del electorado. Sin embargo, el criterio ideológico es el criterio de elección más importante sólo para el 48%. "Las personas tienen una preferencia, pero esta preferencia puede ser superada por atributos personales, como los valores y el perfil de liderazgo", añade.
Pero la polarización se expresa con más fuerza cuando la pregunta es sobre la importancia del alineamiento con Lula o Bolsonaro de los candidatos que se presenten en los municipios. En ese sentido, un 39,1 destacó la importancia de una cercanÃa con el ex presidente, un 37,8 con Lula y sólo un 23,1 votarÃa a un neutral. Es decir, un 76 por ciento de los electores consulados quieren alcaldes y concejales alineados en uno de los dos extremos del sistema polÃtico.
Otro dato que refuerza esta tendencia es la de pertenencia partidaria. De los participantes de la encuesta, un 32 por ciento se declara bolsonarista y un 31,2 petista. Además, el 16,5 declaró anti-bolsonarista no petista y 8,6 como anti-petista no bolsonarista. Tan solo un 11,4 se define neutral.
Asimismo, en relación a los partidos preferidos un 34,6 dice estar afiliado al PT, un 25,1 al Partido Liberal y un 25,1 no elige a ninguna de las dos fuerzas.
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