
Chile terminó un largo proceso de redacción de una Constitución y ahora deberá refrendarlo en el plebiscito de salida del 4 de septiembre. Fueron 359 dÃas en donde los 154 convencionales debatieron en comisiones y en el pleno hasta conseguir dos tercios de votos para cada uno de los artÃculos.
El texto constitucional finalizó en medio sondeos donde se registra un creciente rechazo de la población que abre muchos signos de interrogación en relación a su aprobación final.
Según la consultora Cadem, el rechazo se mantiene en 51%, 17 puntos por sobre el Apruebo que se ubica en 34%) con un 15% que no sabe, no responde o no votarÃa.
La opción apruebo continúa siendo más alta entre los jóvenes de 18 a 34 años (43%), entre los que se identifican con la izquierda (73%) y entre los que votaron apruebo en el plebiscito de entrada (58%). En tanto, la opción rechazo se impone en los demás segmentos, con especial diferencia entre las personas sin posición polÃtica (48%) y quienes no votaron en el plebiscito de entrada (53%). Esto coincide con una desaprobación del 62 por ciento de la gestión Gabriel Boric frente a un 33 que lo aprueba. Se trata de un aumento de 15 por ciento de rechazo en un mes.
El clima está lejos de aquel que dio inicio a este largo proceso de redacción que comenzó con el apoyo del 78 por ciento de la población en 2020 y luego derivó en las elecciones de los constituyentes. Las fallas en la comunicación del trabajo realizado, las prioridades más puestas en la agenda de género, la justicia o el reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios por sobre la agenda económica y social también produjeron ruidos entre quienes apoyaron la iniciativa en 2020.
En este aspecto, LPO conversó con Cristóbal Bellolio, académico Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibañez que considera que "fue un proceso turbulento pero cumplió en tiempo y forma. La tradición institucionalista de Chile se mantiene, el proceso constitucional siempre fue entendido como una manera de canalizar el conflicto social, la violencia que detonó ese estallido y el descontento popular. Eso puso en práctica una institución nueva especialmente diseñada para este efecto que se dio su reglamento y reglas y no necesito más prorrogas de las que estaban orginalmente contempladas y en un año evacuó una propuesta. Entonces, desde lo formal, la Convención logró cumplir su labor".
Bellolio asegura que "en términos de la evaluación de ese trabajo es ligeramente distinta , creo que lo que originalmente era un penal sin arquero porque el plebiscito de entrada fue un 80-20 a favor del Apruebo, una mayorÃa muy amplia y muy transversal, eso cambió porque el Rechazo lidera todas las encuestas".
"Algo pasó en el camino con cierta independencia de la letra del texto y la caÃda de la reputación de la propia Convención y los convencionales. El ambiente fue muy hostil, adversarial, no fue el punto de encuentro que muchos esperaban en torno a un nuevo pacto social. Las izquierda fueron las que acordaron excluyendo a todas las derechas y de centro, y por lo tanto, es considerada como una Constitucion revanchista y eso no contribuye al producto", agrega el académico chileno.
De todas formas, el especialista aclara que "nadie esperaba que el proceso seria una tasa de leche, la realidad que s fue mas agrio. Esta bien que haya habido diversidad porque nadie esperaba que las mismas elites de siempre redacten la Constitución pero hubo un exceso de subjetividad, de activismo, preformativo, no querÃamos los mismos de siempre pero tampoco charlatanes con espÃritu refundacional que generaron nuevas elites que producen rechazo".
Sobre el escepticismo que reina sobre la nueva carga magna, Bellolio dice que "No sé si hay un desgaste respecto del debate, porque no se cuan socializado fue. Los medios tradicionales amplificaron las polémicas y los más alternativos fueron muy partisanos y fanáticos, no dieron lugar a la discusión. Las voces crÃticas eran rápidamente tachadas de fascista o reaccionarias y eso fue erosionando el corazón emotivo del proceso. Hubo gente que intentó aportar crÃticas constructivas pero fue lapidado en la plaza pública". "Lo que era un penal sin arquero se transformó en un 3-0 en contra, 9 de cada 10 encuestas dan ganador al Rechazo aunque todavÃa falta y en dos meses puede pasar cualquier cosa", afirma.
Otro aspecto importante en el nexo entre la adhesión la nueva Constitución y el gobierno de Boric. En ese punto, el analista asegura que "la gente vincula al Apruebo con el Gobierno y el declive en su adhesión se acopla al Rechazo a la Constitución de la misma forma que cuando se recupera aumenta el Apruebo. El tema es que no sabemos que va a pasar con el gobierno".
Para Bellolio la Construcción "avanza en un estado solidario y subsidiario que no sabemos cómo se va a pagar, Es muy latinoamericana, se promete mucho pero muchas de esas declaraciones son mas lÃricas que prácticas. Se eliminan insitituciones que parecÃan que no eran problemátivas como el Senado. Otras cosas eran esperables como los cambios en la Corte Constitucional, una salud única y universal y el reconocimiento a minorÃas integradas, pero esto tuvo un carácter muy identitario y reinvidicatorio. Hay muchos que consideran quedan afuera todos aquellos que no son indÃgenas, LGTBQI u otros grupos", añade.
Por último, Cristóbal Bellolio, plantea que "Boric se juega mucho, puso su firma el 15 de noviembre de 2020 para que este proceso comience y al mismo tiempo su figura creció en ese proceso. Su Gobierno no está bien evaluado y la gente vincula una cosa con la otra". "Si gana el rechazo es un duro revés para el gobierno, lo obliga a tomar otra actitud porque él esta esperando ese gran victoria y diseñar su agenda en función del nuevo texto. Tiene que pensar un plan B que aún no anunció porque es reconocer la posibilidad de una derrota del Apruebo", culmina.
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