Está en el ADN y en la trayectoria de Vox. El diputado valenciano de la formación ultraderechista José MarÃa Llanos negó la existencia de la violencia de género, a pocos dÃas de alcanzar un acuerdo para cogobernar con el PP y mientras ese proceso continúa en diferentes autonomÃas y municipios. La declaración, con el aval de Santiago Abascal, busca sumir a Génova en la incomodidad y preparar a la sociedad española.
Desde Alberto Núñez Feijóo hasta Carlos Mazón, pasando por Borja Sémper y Cuca Gamarra, la cúpula popular se desmarcó de Llanos. Es que el INE acaba de informar que los casos de violencia machista aumentaron un 8,3% el año pasado, mientras que el Ministerio de Igualdad, aquel que el lÃder del PP adelantó que cerrará en caso de ganar, y el de Presidencia, contabiliza 22 mujeres muertas en lo que va del año, la mitad a manos de su pareja.
La provocación del diputado de Vox llega después del acuerdo de gobierno con los de Mazón, en el que ambas formaciones se comprometen a impulsar "polÃticas que perseguirán erradicar la violencia intrafamiliar", sin mención alguna a la violencia machista, y casi en simultáneo con la publicación de una guÃa del Consejo Europeo para erradicar la violencia hacia las mujeres. "Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia fÃsica o sexual", dice el texto.
Llanos no es un verso suelto dentro de Vox, sino un nombre que sonaba fuerte para presidir Les Corts y, pese a que ha ensayado una rectificación a medias, es un globo de ensayo de los que gustan regalar los de Abascal a su socio preferente. Lo hizo el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan GarcÃa-Gallardo, con el protocolo anti aborto que quedó en nada y resintió la alianza con Alfonso Fernández Mañueco.
Fue antes y después de este episodio que en Bruselas advirtieron a Feijóo de que evitara una coalición con el partido hermanado con Marine Le Pen, Viktor Orbán y Giorgia Meloni. El extitular de la Xunta asintió, pero entonces la posibilidad de un cambio en el Gobierno de España se veÃa como algo lejano, asà como la presidencia española del Consejo de la UE. Feijóo sabe que por más esfuerzos que haga y más corrimientos hacia la moderación, Vox es un lastre y eso incide en las preferencias europeas.
En cualquier caso, Génova no puede fingir sorpresa. Apenas llegó al Parlamento andaluz, Vox amenazó con bloquear la investidura de Juanma Moreno Bonilla si este incluÃa la lucha contra la violencia de género en su programa de gobierno. Luego decidieron volverse sobre sus pasos, y esperaron a ser más y más ruidosos para impedir que ayuntamientos y asambleas se pronunciaran contra ese tipo de violencia, distinta a la intrafamiliar. Lo hicieron en Madrid, Comunidad Valenciana y Murcia.
Ya en septiembre de 2021, la eurodiputada de Vox Margarita de la Pisa emprendÃa contra la Ley Integral de Violencia de Género aprobada en 2004 con los votos del PP y PSOE. "Busca el enfrentamiento sistemático entre el hombre y la mujer, sembrando inseguridad y desconfianza", aseguraba. Para mayor orgullo, el partido lo subió a su sitio. Otro consenso democrático que Vox despedaza a su paso, aunque ahora está un paso más cerca de Moncloa si a Feijóo le va como auguran los sondeos.
"Vergonzante y bochornoso": el Gobierno busca capitalizar el acuerdo del PP con Vox en Valencia
Bruselas ha llamado la atención al lÃder del PP por la reforma de las pensiones o la renovación del Poder Judicial, pero la violencia de género es un asunto particularmente sensible. Si las declaraciones de Vox para negociar algún cargo o alguna condición más no afectan al PP en las urnas, sà lo hará puertas afuera de España. Feijóo deberá hacer más que describir como "lacra" una problemática que hiere y mata a las mujeres. Con Vox al lado, parece casi imposible
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