Lo que a principio de semana empezó como una lÃnea roja que el PP no estaba dispuesto a cruzar (la inclusión del candidato de Vox en la Comunidad Valenciana, Carlos Flores, condenado por violencia machista) se transformó dÃas más tarde en una muestra de debilidad que algunos barones de Génova aún no logran digerir.
Para estas voces, el partido "cedió demasiado" en su pacto de gobernabilidad con la ultraderecha. No tanto por el reparto institucional (los de Santiago Abascal tendrá una vicepresidencia y dos consejerÃas), sino sobre todo por haber aceptado la agenda ideológica del fututo socio de coalición.
Los 50 puntos del programa de gobierno parecen, a juicio de estas fuentes, redactados Ãntegramente por Vox. Se habla de violencia intrafamiliar en lugar de violencia machista (término que el PP ya habÃa adoptado en su retórica) y, básicamente, se niega la transición energética y el cambio climático, una postura radical de la que Feijóo rehúye.
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La designación del torero Vicente Barrera como vicepresidente y conseller de Cultura, un perfil que nada tiene que ver con los cuadros polÃticos que gustan en Génova, resume la incomodidad que en Madrid generó el acuerdo.
En la otra acera, la alianza valenciana no hizo más que elevar las expectativas de Vox en las negociaciones abiertas en otros territorios. Abascal puso este viernes el acuerdo como ejemplo de lo que Vox quiere "para toda España".
Le aclaró a los populares que, si quieren llegar a acuerdos, tendrán que sentarse a negociar y asumir parte de sus postulados en función de la fuerza obtenida por cada partido en las urnas, "en un gobierno de coalición o la construcción de una alternativa".
"El que quiera acuerdo con nosotros tendrá que sentarse, respetar a los votantes y en función de la fuerza que los votantes nos han dado, asumir una parte de nuestros postulados en un gobierno de coalición o la construcción de una alternativa", afirmó.
A su juicio, Vox ofrece "la misma posición" y "la construcción de una alternativa" en toda España, mientras que el PP es el que tiene discursos diferentes en función del territorio. Esta "ambigüedad" es lo que hizo posible un acuerdo rápido en la Comunidad Valenciana pero no en Murcia o Extremadura.
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"Nuestra agenda es muy concreta: reducción del gasto polÃtico, combate de la inmigración ilegal y las mafias de tráfico de personas, combate de la ideologÃa en las aulas, garantizar la libertad de elección de la lengua, una polÃtica de agua a través de los trasvases necesarios y defensa del campo y la industria frente a imposiciones globalistas de la Agenda 2030", detalló.
Abascal reconoció que no mantiene contacto con Feijóo y reiteró que su partido no hará "de coche escoba" de los 'populares' ni les entregará sus votos "porque sÃ".
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