Pedro Sánchez parece haber recobrado el aura que le acompañó hasta Moncloa: enérgico, convocante y decidido. El presidente del Gobierno ha estado en programas radiales y de televisión, vendiendo su imagen de lÃder del paÃs, una estrategia obligada tras el fiasco del 28M. Pero en paralelo a sus apariciones mediáticas, el PSOE le ha aprobado el programa electoral para enfrentar al PP.
Sánchez parece redoblar la apuesta y hasta invadir las aguas de su principal amenaza a la izquierda -Yolanda DÃaz- al promover que el Salario MÃnimo Interprofesional (SMI) represente el 60% del salario medio.
Los socialistas también proponen llevar los fondos de la hucha de las pensiones a los 45.000 millones de euros para el año 2030, una medida acordada con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.
"Nuestra polÃtica económica está basada en tres ejes: responsabilidad fiscal, justicia social y reformas estructurales de futuro. Los resultados son claros: España cumple sus objetivos fiscales, tenemos récord de empleo y el proceso de modernización en marcha", escribió Nadia Calviño a modo de resumen luego de su entrevista en Antena 3. La vicepresidenta primera no solo estaba levantando el perfil -una petición de Sánchez para confrontar con DÃaz-, sino adelantado la agenda.
El PSOE prevé extender el permiso de maternidad y paternidad de las 16 semanas actuales a 20, aunque en un régimen de trabajo a tiempo parcial en las semanas que se incorporan. El programa en sà espera ser refrendado por los barones, poco entusiasmados con la campaña, por lo que apenas se conocen los trazos revelados por Calviño, por un lado, y Sánchez en conversación con Escrivá, por el otro.
Fue Sánchez quien convenció a cargos y lÃderes territoriales de un programa más social. Considera que es importante el contrapeso de Moncloa frente al volumen ganado por el PP en las comunidades. Es, al menos, un argumento que busca movilizar a una militancia sacudida por las elecciones de mayo y unos liderazgos reacios, en público y en privado, al lÃder nacional del PSOE.
Sin embargo, el presidente del Gobierno ha comprendido que su permanencia en Moncloa depende de instalar el versus con Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, pero retener a quienes lo votaron hace cuatro años. La fuga de votos hacia el PP es una de las claves del retroceso electoral del PSOE, según todas las encuestas.
"Prefiero que me critiquen por el Falcon, que han utilizado todos los presidentes, que por la Gürtel o la Kitchen. El próximo 23 de julio se decidirá si avanzamos o retrocedemos", como le dijo a El Gran Wyoming.
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