Pedro Sánchez presentó el último paquete de medidas antiinflacionarias como una garantÃa para proteger el bolsillo de los españoles, pero dentro y fuera del gobierno de coalición hay dudas sobre su efectividad. Como sucedió con el subsidio de 20 céntimos por litro en los combustibles, la supresión del IVA a los alimentos de primera necesidad y la rebaja del 10% al 5% al del aceite y las pastas implica riesgos similares en cuanto al alcance y la recaudación por parte del Estado.
Las ministras Nadia Calviño y MarÃa Jesús Montero señalaron la falta de margen fiscal para implementar la reducción del IVA, mientras que Yolanda DÃaz se distanció de la medida porque considera que las empresas del sector incrementarán sus márgenes. Con todo, la iniciativa estará vigente por seis meses en caso de que la tasa de inflación subyacente, que excluye los productos energéticos y los alimentos frescos, no baje del 5,5% para el 1 de mayo. Hacienda estima que la medida costará 660 millones de euros.
En concreto, el IVA superreducido del 4% desparecerá del pan, harinas panificables, leche, queso, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, y el tipo reducido del 10%, estipulado según la ley para la carne, pescado, aceite y pasta se rebaja a la mitad en el caso de los dos últimos productos.
"Hay un riesgo elevado de que buena parte de esa rebaja se la apropien los productores, como en cualquier otro mercado. Ya ha pasado con el subsidio a los combustibles: una parte ha ido a parar a los productores y por desgracia la administración no ha evaluado esa polÃtica. No digo que el descuento no llegue a los consumidores, sino que no llegará todo lo que debe llegar", dice a LPO Juan Luis Jiménez, profesor titular del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
El doctor en EconomÃa asegura que "cuando existe el tipo superreducido del IVA del 4%-el que paga el consumidor final por los productos de primera necesidad-, los individuos más ricos se benefician en cuantÃa más que los individuos de menor renta, porque consumen más". "Por ejemplo, los más ricos comen más fruta. Por otra parte, está el riesgo de que la bajada no se traslade al precio y se beneficie a las rentas más altas. No todas las polÃticas tienen efectos positivos", sostiene.
De hecho, no hay rebaja fiscal para la carne y el pescado, productos consumidos por aquellos con mayores recursos. Desde el gobierno justifican que el aceite de oliva y las pastas se encarecieron más que los alimentos de origen animal y forman parte de la cesta básica de cualquier español. "Vamos a establecer la obligatoriedad de que se traslade esta reducción al precio de los alimentos", prometió el martes el presidente. Calviño, ministra de Asuntos Económicos, advirtió que habrá sanciones si se incumple la medida.
En tanto, Jiménez apunta a las consecuencias fiscales de la reducción del IVA. "Se están mermando los ingresos fiscales. Lo del margen fiscal, teniendo en cuenta que se han gastado 5700 millones de euros en subsidiar combustibles para los más ricos, entra dentro del rango de la hipocresÃa económica. Pero si suprimes el IVA, dejas de ingresar. Hay que ver cuánto aumentará la venta de los productos que pasan del 10 al 5% para compensar la caÃda de los ingresos por productos. Dudo que sea tan grande como para compensar la caÃda en el margen impositivo que tendrá cada uno de esos productos", afirma.
Una encuesta reciente de FACUA-Consumidores en Acción expone que ocho de cada diez familias se está pasando a las marcas blancas y el 23,3% ha reducido el consumo de lácteos. En paralelo, el 19,8% de las familias compra más ultraprocesados. El pescado, las verduras y los productos frescos están en declive. Sin embargo, el profesor de la ULPGC asegura que el gobierno ha perdido la oportunidad de gravar los productos alimenticios que afectan la salud.
"Se trata de aprovechar el cambio en el IVA no para hacerlo coyuntural, sino permanente, y con el efecto que deberÃan tener estos cambios impositivos, que es corregir externalidades, utilizar la imposición para gravar aquellos bienes que generan externalidades negativas en los individuos, como se hizo con las bebidas azucaradas en el pasado. Utilizar bien los impuestos, en otras palabras", indica.
Por último, Jiménez considera que el mayor error en la rebaja del IVA está en la falta de polÃticas focalizadas, es decir, la incapacidad para detectar a los segmentos sociales que más necesitan la ayuda del Estado. "Pero aquà se han hecho, por una cuestión de maximizar votos, ayudas que afectan a todos, como el transporte gratuito y el bono de 20 céntimos. La idea fundamental es focalizar. En España, si no llegas a determinado nivel de renta no tienes que hacer la declaración de la renta, y por tanto el Estado no conoce a todos los individuos y no puede focalizar mejor las ayudas, que es algo que se le ha criticado con el ingreso mÃnimo vital", explica.
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- 130/12/2209:58Cómo???...zurdos bajando impuestos???...jajaja...va a ser por 5 minutos...jajajaja