La estrategia es compartida. Mostrar para el afuera, para las bases, que el acuerdo está lejos y que no se va a ceder ante exigencias y condicionantes. Lo hizo Carles Puigdemont en su rueda de prensa de esta mañana en Bruselas y lo hizo el Gobierno al evaluar los pedidos del líder independentistas.

Por momentos, el expresidente de la Generalitat transformó sus palabras en un ultimátum:  "Hoy España tiene un problema: o repite elecciones o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer los derechos del pueblo catalán. Pido voluntad política", aseguró tras exigir una ley de amnistía como condición imprescindible para cerrar un trato.

El Ejecutivo, como era de esperar, marcó diferencias a las palabras de Puigdemont. "Es evidente que nos separa un mundo, estamos en algunas cuestiones en las antípodas. Pero tenemos nuestro planteamiento y nuestro camino, y en nuestro camino el diálogo es el método y la Constitución es el marco en el que nos desenvolvemos y del que no vamos a salir", valoró el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López.

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Y agregó: "El objetivo es la convivencia, la concordia y la unión. Y que en esta legislatura dejemos atrás las fracturas que vivimos en 2017".

Preguntado en varias oportunidades por la amnistía, López esquivó el tema con una respuesta poco precisa. "No sé si la amnistía va a estar encima de la mesa en esa negociación de verdad. Hay mucha especulación. Son los planteamientos de Puigdemont, nosotros tenemos nuestro camino que es diálogo y Constitución", afirmó.

Europa Press

Por su parte, Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial en funciones, ha aclarado que "nuestras posiciones están en las antípodas".

"Yo lo que sí quisiera es aprovechar para recordar cuál es nuestro marco: para abordar esta situación tenemos una herramienta, que es el diálogo; tenemos un marco, que es la Constitución; y tenemos un objetivo, que es la convivencia. Hoy nadie puede negar, es incuestionable, que la situación en Cataluña es infinitamente mejor de lo que era hace cinco años", señaló.

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Fuera de micrófonos, las fuentes socialistas admiten que "aunque nos separan muchas cosas se abre la vía del diálogo". En Ferraz han valorado positivamente que Puigdemont no haya sido "nada confrontativo" durante su conferencia. 

Lo más importante: que no se haya referido al Estado español como un "Estado represor", como lo había hecho en otras otras ocasiones. "Hay margen para negociar", coinciden en el equipo de Pedro Sánchez.