Más allá de la buena sintonía, José Luis Rodríguez Zapatero entiende que su legado está en juego cada vez que los medios afines a la derecha reflotan a ETA con fines electorales. El expresidente del Gobierno mantiene su compromiso con Pedro Sánchez, el PSOE y, sobre todo, las negociaciones que llevaron al fin de la banda terrorista vasca.
La defensa a su gestión cogió con la guardia baja a Carlos Herrera, quien tras la entrevista en COPE aseguró que el exlíder del PSOE "está entregado a la causa" de Sánchez. Pero Zapatero no recibe directrices de Ferraz, pese a ser un promotor del Ejecutivo de coalición, y su intervención radial apenas tiene que ver con algún arreglo alcanzado con Moncloa.
Fuentes del partido deslizan a LPO que el hombre que presidió el gobierno español entre 2004 y 2011 ha hablado "a título personal", lo cual se agradece frente a una precampaña que pilla a la militancia, cuadros y barones con ánimos por el piso. En Génova tomaron nota de la entrevista que concedió a Herrera y leen que Sánchez necesitará a Zapatero para apuntalar a los candidatos socialistas.
Alberto Núñez Feijóo quiere otra cosa para la campaña del PP, entre otras cuestiones porque el 28M le ha confirmado que su conducción ha acertado y sus candidatos parten con buena estrella. Ni José María Aznar ni Mariano Rajoy tendrán apariciones protagónicas. "El centro de la campaña serán las listas y el programa", afirman a este medio desde la sede de la formación conservadora.
El dirigente gallego está apelando al golpe de efecto con los candidatos. En Madrid se ha decantado por compañeros en apariencia incompatibles. Como número dos le seguirá Marta Rivera de la Cruza, la exconsejera de Cultura, Turismo y Deportes de Isabel Díaz Ayuso, tercera en la lista municipal de José Luis Martínez-Almeida, y en tercera posición, Borja Sémper, moderado y de origen vasco.
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Finalmente, Feijóo ha apelado a la concordia y sumó a Eugenia Carballedo, titular de la Asamblea de Madrid, en el puesto número cuatro, próxima a Ayuso, en el quinto a Marta Varela, jefa de Gabinete en la Xunta y parte del núcleo duro del líder popular, y sexta a la diputada por Barcelona, Cayetana Álvarez de Toledo, en una lista ecléctica, con distintos humores y procedencias.
La única diferencia que pueden hacer los dos expresidentes populares es justificar o distanciar al PP de Vox cuando sea necesario. En Génova saben que la estrategia del PSOE irá por ese carril, aunque el PP jugará la carta de la desunión en el oficialismo. Sánchez apostará su futuro a una serie de listas personalmente supervisadas, a veces al margen de las necesidades de los referentes territoriales, y un espacio progresista a su izquierda que coquetea con los pulsos internos.
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No es solo el hecho de que Zapatero concediera una entrevista en COPE, sino las señales que envía el PSOE a través de sus ministros, como es el caso de Nadia Calviño, quien ha salido a negar cualquier injerencia de Podemos en la política económica del Gobierno. "No se trata de Nadia o nadie", ironizó Yolanda Díaz, en lo que se augura como una campaña feroz en la izquierda.
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