Cuando Alberto Núñez Feijóo se dirigió el lunes a la Junta Directiva Nacional del PP sabÃa que la idea de formar gobierno era imposible. Hasta ese momento, el lÃder de los populares solo habÃa tenido un apoyo no público de Santiago Abascal y no mucho más. En la llamada telefónica con Pedro Sánchez, el jefe de los socialistas le confirmó que buscarÃa una nueva investidura con Sumar y los socios parlamentarios. Pero Feijóo prefirió insistir en que él mismo podrÃa juntar los votos para ser el próximo presidente del Gobierno de España.
Algunos dentro del partido comenzaron a especular con que Feijóo estaba en shock tras los resultados del domingo. "La aritmética parlamentaria no está a favor nuestro", reconoce a LPO un dirigente de la formación conservadora que ve demasiado arriesgada la estrategia de empujar una investidura fallida. Y aunque los barones y cargos sobreactúen el respaldo a su candidato, el apoyo a Feijóo empezarÃa a crujir si toma una decisión que termine humillando al PP y dando aire a Sánchez con un segundo mandato.
La hoja de ruta del PP, que consiste en recaudar votos inexistentes, ya no sirve, y el extitular de la Xunta lo va asimilando. Para ser más explÃcitos, la portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, apuntó que no apoyará "una investidura fantasma" porque "no hay ninguna posibilidad" de que Feijóo suceda a Sánchez. El PNV, con el que Feijóo habÃa propiciado un acercamiento apenas asumido presidente del PP, dijo que no investirá al candidato popular si incorpora a Vox a un hipotético Ejecutivo.
Para Feijóo es un juego de suma cero. Sin los votos de los nacionalistas vascos, cinco escaños, el PP se aleja todavÃa más de una mayorÃa de 176 que es una quimera a esta altura del juego, mientras que sin Vox ni siquiera puede pensar en un gobierno de coalición alternativo al del PSOE y Sumar. Feijóo acusó recibo de estas dificultades y este martes admitió, a su manera y tal vez inconscientemente, que Sánchez tiene derecho a presentarse a la investidura.
"Los partidos de Estado han ganado en apoyos, han ganado en votos y tenemos un resultado muy importante", sostuvo hoy en una reivindicación del bipartidismo y un reconocimiento al PSOE. El dirigente gallego ha ido bajando el tono para referirse a los socialistas desde el domingo a esta parte, si bien trabaja con su equipo más cercano para evaluar las posibilidades de bloquear a Sánchez y, en un escenario por demás arriesgado, ir a nuevos comicios.
El PP contará con una mayorÃa 133 senadores que podrán servir para presionar al Gobierno de izquierda, pero sus asesores le recuerdan que a lo sumo retrasarán las leyes del oficialismo y funcionar como ariete para el PSOE a la hora de negociar los presupuestos. Ni siquiera será un intercambio de cromos vigoroso para condicionar a los rivales. La otra opción que le queda a Génova es incidir en la opinión pública con una narrativa eficaz que cambie el foco de la campaña más reciente.
Fuentes del PP confirman a este medio que el partido expondrá la alianza que Sánchez puede forjar con Junts, formación que ha cultivado una posición independentista furiosa. La idea madre la estrategia discursiva es el perdón que el presidente del Gobierno estudia darles a Carles Puigdemont y otros dirigentes del independentismo catalán. Puede funcionar y aguar la investidura de Sánchez, a quien le bastarÃa con una abstención de los posconvergentes en el Congreso.
En el PSOE se muestran sin prisa por la investidura. Ya cuentan con el respaldo explÃcito de EH Bildu, el presumible del PNV y el estratégico de ERC. A Feijóo le ven desesperado y sumido en la contradicción. En la Junta partidaria llamó a no balcanizar España con bloqueos y una repetición electoral, a la vez que jura a los suyos que regresar a las urnas puede ser la salida a la encerrona en la que se ha metido por las altas expectativas que vendió en toda la campaña. Eso sÃ, Feijóo sigue defendiendo en público que primero intentará una investidura, por más imposible que sea.
Feijóo se ha refugiado del ruido de Madrid en Santiago de Compostela, a donde viajó por la festividad del apóstol Santiago, un mensaje también para la familia conservadora: es un hombre de palabra y vino a recuperar el gobierno para el PP, pero si falla en esa misión, regresará a casa y dejará que el partido se hunda en una sucesión que necesariamente será dramática. Lo saben en Génova, que por eso ha salido a respaldarle, muy a pesar de muchos de ellos.
En Génova y en los territorios ya se animan a responderle al lÃder, algunos incluso sin eufemismos y sin esconderse. Ayuso ha comenzado a dar rienda suelta a su frialdad. Ha salido de la hibernación en campaña para sugerir que no cree que los resultados perjudiquen a Feijóo. Incluso Cuca Gamarra, número dos de la formación, señaló que su jefe está para intentar lo que ya no da o encabezar, en un plano más realista, el bloqueo a Sánchez para barajar y dar de nuevo en las urnas.
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