A pesar de que el PP y Vox han firmado hasta la fecha más de 140 acuerdos para gobernar en buena parte de España, Alberto Núñez Feijóo comienza a develar el programa electoral con el que busca ganarle a Pedro Sánchez y mantener a raya a Santiago Abascal, el hombre que aparece en el horizonte como el aliado ineludible de los populares en el Congreso de los Diputados.
El líder del PP acudió este miércoles a la Torre de Cristal del Paseo de la Castellana para disertar sobre los lineamientos de un posible Gobierno de derecha ante Reformismo 21, el think tank creado por el dirigente gallego y que ha servido en estos meses para apuntar las políticas que llevarían de vuelta a los populares a Moncloa. Feijóo no ha profundizado, pero sí dejó en claro que hay mucho del PP tradicional.
Ha ponderado un Estado "más chico", que comenzará por la supresión de Ministerios, con Igualdad, Consumo y Universidades a la cabeza, y el compromiso de luchar contra la violencia machista de forma "transversal y alejada del partidismo". El jefe de los populares no ha especificado si habrá alguna secretaría que gestione la problemática o expondrá el tema en las Cortes.
No solo hay líneas rojas para Vox, sino para el PSOE. El PP aspira al retorno del delito de sedición, derogado a finales de diciembre, tras un pacto entre Gobierno de coalición y ERC, que incluyó la rebaja del de malversación. El regreso al Código Penal previo a la reforma es una demanda y un aliciente para el sector menos dialoguista de la formación conservador, aunque también para los populares en Cataluña.
Otra de las medidas estrella, menos estridente, pero más ilustrativa de Feijóo, es la convocatoria a una fecha de los presidentes autonómicos para "fijar temas como fondos europeos, agua y financiación". Sánchez ha estado bajo la mira del PP -con sectores como el de Isabel Díaz Ayuso como punta de lanza- por la presunta descentralización, si bien pocos en Génova y territorios puntuales quieren recordar que justo antes de asumir la conducción del partido, Feijóo lideraba el movimiento para modificar el sistema de financiación autonómica.
Es uno de los puntos débiles de la gestión Sánchez, quien no ha conseguido siquiera sentar a sus barones alrededor de la mesa de María Jesús Montero. Tanto en Génova como en Ferraz admiten a LPO avances en esta materia, pero el cambio en el mapa político obliga a las formaciones a barajar y dar de nuevo en las negociaciones. En esa línea, Feijóo se cree capaz de encontrar la clave en la reforma del modelo con una mayoría de mandatarios autonómicos del mismo signo.
Por otra parte, el dirigente popular anunció que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) retomará el nombramiento de jueces, esté o no el órgano en funciones, y prepara una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial para resguardar las "plazas de las altas magistraturas del Estado", tal dijo en Torre de Cristal. El líder nacional de los populares no ha hablado esta vez de derogar la ley trans o la de Memoria Democrática.
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El suyo es un "programa de consenso en una España fragmentada y dividida", dicen a este medio desde uno de los equipos de Reformismo 21. Fue el propio Feijóo quien defendió hoy que la presidencia española de la UE "será una cuestión de Estado". El PP aún no ha querido comprometer sus lineamientos económicos de cara una legislatura en solitario o coalición, por lo que el PSOE entiende cuál es el talón de Aquiles de su adversario.
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