
Olaf Scholz aprovechó la discusión sobre la circulación de ciudadanos rusos por territorio europeo para reafirmar el liderazgo de Alemania en la Unión Europea. El canciller alemán se opone a la iniciativa que busca prohibirle la entrada a todo turista procedente de Rusia, como parte de las medidas para aislar a Moscú tras la invasión a Ucrania, pese a que los paÃses bálticos la vienen aplicando unilateralmente desde febrero pasado.
"Esta no es una guerra librada por el pueblo ruso: es una guerra librada por Putin y hay que ser muy claros al respecto", aseguró Scholz durante una reunión con los primeros ministros nórdicos. La posición del dirigente socialdemócrata sirvió para que sus pares revisaran las posturas que habÃan defendido hasta entonces. Con todo, la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, fue la única que apoyó la prohibición.
El excanciller alemán amigo de Putin, la última carta de Scholz para que Rusia no corte el gas
Marin sostuvo que "la gente común de Rusia no inició la guerra, pero debemos reconocer que la apoya", y por lo tanto "no es correcto que los ciudadanos rusos puedan viajar por Europa mientras Rusia está matando a gente" en Ucrania. Magdalena Andersson, de Suecia, Jonas Gahr Støre, de Noruega, Mette Frederiksen, de Dinamarca, y KatrÃn Jakobsdóttir, de Islandia, fueron mucho menos contundentes.
Los más entusiastas a la hora de cerrarles el paso a los rusos en Europa son Estonia, Letonia y Lituania, que no emiten visas a ciudadanos de la Federación Rusa desde el 24 de febrero. Junto a Polonia -que también estudia suspender los visados-, los paÃses bálticos son los que más apoyan a Ucrania. De hecho, esta última medida es alentada por Kiev.
El canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, acusó a los rusos porque "en su mayorÃa apoyan la guerra, animan los ataques con misiles en las ciudades ucranianas y la matanza de ucranianos". En BerlÃn incomoda la presión de los funcionarios ucranianos porque la ven como una imposición apenas disfraza a Bruselas. Scholz mantiene una pulseada con Volodimir Zelenski y el bloque de paÃses más intransigentes dentro de la UE.
Según el canciller alemán, la suspensión de los visados solo complicará la evacuación de los disidentes rusos, quienes sufren prisión y todo tipo de acoso por parte del Kremlin. Los paÃses del bloque deberán acordar o desechar la propuesta en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del próximo 31 de agosto, pero Scholz no tiene asegurado que los socios europeos descarten la prohibición.
Los lÃderes nórdicos apoyan la restricción sobre los ciudadanos rusos y solo introdujeron matices a sus declaraciones más recientes después de la advertencia de Scholz en Oslo: "Es importante que se entienda que hay mucha gente que está huyendo de Rusia porque está en desacuerdo con el régimen ruso". Solo Marin mantuvo su posición inicial. Finlandia tiene frontera con Rusia y se unió a la OTAN en respuesta a la invasión de Ucrania.
Pero los paÃses bálticos, que promueven la iniciativa, sumaron también a República Checa y esperan seguir conquistando voluntades. Si bien Bruselas prohibió los vuelos procedentes de Rusia, los rusos ingresan al espacio Schengen por tierra a través de los paÃses limÃtrofes, es decir, Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia. Eso explica la diferencia entre Marin y los otros dirigentes nórdicos.
El presidente de Letonia, Egils Levits, lamentó que "otros paÃses siguen otorgando visados, lo cual no es ni polÃtica ni moralmente justificable", alentando a otros gobiernos europeos a sumarse a la prohibición. Por su parte, el ministro lituano de Relaciones Exteriores, Gabrielius Landsbergis, aclaró que la medida incluirá vÃas para exceptuar a quienes pidan refugio. En ese marco, Scholz confÃa en que hará valer su peso en Bruselas.
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