
El H2Med transportará hidrógeno "rosa", producido con energÃa nuclear. Francia tiene un as bajo la manga en su disputa polÃtica con España, Portugal y Alemania, los otros socios de este corredor energético que, según lo anunciado, será clave para descarbonizar las economÃas europeas en las próximas décadas.
La carta que tiene Emmanuel Macron, determinante para ganar el pulso, no es polÃtica, sino cientÃfica. Los técnicos de la Comisión Europea reconocen que el continente no tendrá suficiente electricidad sin emisiones para producir hidrógeno verde, por lo que recomiendan considerar "totalmente renovable" la producción de este vector a partir de energÃas fósiles.
El asterisco no hace más que considerar renovable al hidrógeno nuclear, tal como viene exigiendo Francia en las negociaciones con sus socios.
El Ejecutivo comunitario defiende que el hidrógeno renovable sólo se produzca cuando y donde haya suficiente energÃa renovable disponible. Caso contrario, los productores, podrán echar mano del "hidrógeno bajo en carbono", como aquel "que deriva de fuentes no renovables que produzcan al menos 70 % menos emisiones de gases de efecto invernadero que el gas natural fósil a lo largo de todo su ciclo de vida", lo que da cabida al hidrógeno de origen nuclear.
Solo estos "criterios estrictos de adicionalidad" -admite la CE- podrán mantener la ambiciosa escala proyectada con el hidrógeno. El relajamiento de los requisitos busca, básicamente, aumentar la cuota de esta energÃa verde.
En la actualidad, la demanda de electricidad para la producción de hidrógeno es insignificante, pero aumentará exponencialmente, según los cálculos de Bruselas, con el despliegue masivo de electrolizadores a gran escala.
La Comisión calcula que se necesitan unos 500 teravatios hora (TWh) de electricidad renovable para cumplir el objetivo de producir 10 millones de toneladas de combustibles de origen no biológico en 2030.
Lo cierto es que la definición comunitaria del hidrógeno "verde" se aleja de la postura defendida por España, Portugal y Alemania, que querÃan desterrar la nuclear de la producción de hidrógeno -el llamado hidrógeno rosa- y limitar la etiqueta "verde" al de origen exclusivamente renovable de la electricidad.
Tras conocerse esta nueva directiva de la CE -el Parlamento Europeo y al Consejo disponen de dos meses para aceptar o rechazar la propuestas-, Francia adelantó que no formará parte del hidroducto que conectará Barcelona con Marsella y luego con Alemania en caso de que este reglamento no sea aprobado.
Fuentes del Ministerio francés de la Transición Ecológica dijeron estar "extremadamente preocupados" por la marcha de las negociaciones europeas sobre la integración o no del hidrógeno generado con electricidad nuclear en los objetivos de hidrógeno renovable, ante las reticencias de España y Alemania.
"El proyecto está condicionado a la "realidad fÃsica" de que para que tenga sentido hay que producir hidrógeno", resumen desde ParÃs. Los lÃmites de este vector renovable parecen darle la razón.
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La zurda insiste en considerar al hidrógeno no verde como contaminante, más pelotudos no se consiguen.