Por primera vez desde su creación, la Unión Europea puede quedar en manos de coalición conservadora integrada por la derecha liberal tradicional y una ultraderecha que crece polÃticamente a lo largo de todo el continente.
El ala más dura del Partido Popular Europeo, representado por el alemán Manfred Weber, y los ultras, con gobierno en Italia, Suecia, Finlandia y PaÃses Bajos, pretenden que los comicios de 2024 marquen el fin del "progresismo verde" en Bruselas.
El principal exponente de la corriente socialdemócrata es el presidente español, Pedro Sánchez, lÃder de izquierda con más poder dentro de la UE, un mandatario que el PPE y la extrema derecha daba por "muerto" en las elecciones de julio y que ahora es una "piedra en el zapato" para el giro ideológico de la Eurocámara.
El duelo Sánchez vs. Weber sintetiza, al cabo, los dos modelos en juego en los comicios de junio. El primer choque entre ambos se ha dado este miércoles en Estrasburgo.
El presidente español ha comparecido para clausurar la presidencia española del Consejo de la UE. El lÃder de los populares lo esperaba para atacarlo con la amnistÃa, la carta bajo la manga para desgastarlo.
"Bienvenido y felicidades por su elección como presidente de España. Yo no estoy contento en lo polÃtico, pero le respeto. Ha hablado usted de democracia y el principio básico de la democracia es decirle la verdad a las personas antes de las elecciones. No puede usted prometer que no va a aprobar una amnistÃa tres dÃas antes, no puede estar en el poder cinco años diciendo que la amnistÃa no es constitucional para después aplaudir esa amnistÃa", lo ha recibido el dirigente alemán.
Sánchez ha replicado con dureza. Le ha preguntado si se siente "cómodo siendo cómplice" de la "amenaza" de la extrema derecha y si devolverÃa "a las calles y plazas de BerlÃn los nombres de los lÃderes del III Reich.
"La verdadera amenaza para Europa es el avance de la ultraderecha y la irresponsabilidad de la derecha tradicional que hace suyas las ideas más radicales", ha concluido su discurso con la mirada clavada en Weber, quien pidió la palabra para responder.
"El presidente de España me ha atacado durante cinco minutos. Se ha referido a qué harÃa en Alemania yo. En mi paÃs, los demócratas se reúnen y encuentran un consenso entre izquierda y derecha. Él hace lo contrario".
El cruce dialéctico esconde una feroz disputa polÃtica. Los populares y la extrema derecha pretenden con una mayorÃa a partir de junio tumbar el Pacto Verde, la hoja de ruta de la Comisión para descarbonizar las economÃas y luchar contra el cambio climático.
El triunfo del PP y Vox en España -que los conservadores europeos daban por hecho- daba muchas alas a este giro.
"La hipótesis de una mayorÃa de centroderecha en el Parlamento Europeo, que parecÃa descabellada hace un año, es más cercana. Lo que pase en España será importante para nuestra visión de Europa", reconocÃa Matteo Salvini, vicepresidente del Ejecutivo italiano, en la previa del 23J.
Jaime Bordel Gil, politólogo y jurista por la Universidad Carlos III, explicaba en aquel momento la trascendencia regional de los comicios ibéricos.
"El PPE pone en jaque la agenda verde por su estrategia polÃtica de asociarse a la extrema derecha"
"Hay muchas voces del PPE que piden dejar de pactar y transigir con los socialdemócratas y liberales para empezar a mirar a la ultraderecha. Meloni, con su inserción en la UE, ha agigantado estas voces. En este escenario, si en España se forma una coalición entre partidos nacionales de estos dos grupos europeos, estas voces pueden pasar a ser dominantes".
Pero Sánchez revalidó su presidencia, armó otra coalición de izquierda en España y apuntaló con su poder internacional a un progresismo europeo en declive.
Weber lo sabe y por eso se ha lanzado en tromba contra la amnistÃa y los pactos con los independentistas en España. Si cae Sánchez, razona el alemán, cae toda la socialdemocracia de la UE.
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