La Oficina Federal de Estadística de Alemania confirmó este miércoles que la inflación fue del 7,5 por ciento en julio, una mínima reducción en comparación con el 7,6 por ciento de junio. Sin embargo, la baja apenas compensa la pérdida del poder adquisitivo de los alemanes, por lo que el gobierno acaba de anunciar una rebaja impositiva por 10.000 millones de euros para 2023. Con esta medida, la coalición oficialista busca contener la disparada de los precios.

El temor en Berlín es que la tendencia a la baja se revierta en los próximos meses, ya que las principales medidas para combatir la inflación, como el pase de 9 euros por mes para usar la red de transporte público y el descuento a los combustibles, se terminarán este mes. Por eso el ministro de Finanzas, Christian Lindner, del liberal Partido Democrático Libre (FDP), dio un paso al frente y anunció un alivio fiscal en el marco de la Ley de Compensación por Inflación.

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"La gente está preocupada por la inflación. La vida diaria se ha vuelto mucho más costosa para muchos y tememos que aumenten los precios del gas, la energía y los alimentos", reconoció el ministro, tras explicar que 48 millones de personas se beneficiarán con la rebaja. La ley es necesaria porque frente a un aumento de los salarios, alentado por la inflación, el contribuyente pasaría automáticamente a otra escala impositiva. Lindner busca así subir el límite de los ingresos hasta los cuales no se debe tributar.

Christian Lindner, ministro de Finanzas de Alemania.

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Ese nivel pasaría de los 10.347 euros actuales al año a 10.632 euros en 2023 y a 10.932 euros en 2024. En tanto, el tipo máximo del impuesto sobre la renta, del 42 por ciento, se aplicará a partir de los 61.972 euros anuales el año que viene, cuando hoy en día es desde los 58.597 euros. Lindner y el FDP tienen que convencer ahora al canciller Olaf Scholz y a los socios de Los Verdes, que ven este paquete demasiado inclinado a los ingresos medios y altos. 

Desde un punto de vista financiero, es un misterio cómo esta nueva propuesta cumple con el freno de deuda deseado si al mismo tiempo se bloquean las posibilidades de ingresos adicionales, como por un impuesto a las ganancias excesivas

"Otro fuerte estímulo de ayuda para la mitad de la sociedad es correcto y necesario, pero debe dirigirse principalmente a las personas con ingresos pequeños y medianos", dijo el diputado socialdemócrata Achim Post, del partido de Scholz. Los Verdes también cruzaron al ministro de Finanzas, sobre todo porque se opone al proyecto de un impuesto a la renta inesperada, que defienden socialdemócratas y ecologistas.

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"Desde un punto de vista financiero, es un misterio cómo esta nueva propuesta cumple con el freno de deuda deseado si al mismo tiempo se bloquean las posibilidades de ingresos adicionales, como por un impuesto a las ganancias excesivas", señaló Katharina Beck, portavoz de política financiera del grupo parlamentario de Los Verdes. Los socios mayoritarios del gobierno de coalición quieren un impuesto a la propiedad único y emular a Reino Unido y España en el impuesto a las empresas que se beneficiaron con la crisis energética.

La Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) y el partido Die Linke, o La Izquierda, rechazaron el proyecto de Lindner. "Los que ganan mucho son los que más se benefician", reprochó el diputado izquierdista de Dietmar Bartsch. El ministro de Finanzas recibió en cambio el respaldo de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la formación de la excanciller Angela Merkel. Scholz deberá ahora decidir si apoyo o no a su ministro y si contiene las diferencias crecientes dentro de la coalición.