A nivel terrestre, la temperatura superficial global está a punto de alcanzar un máximo histórico. El récord, hasta la fecha, es de 16,92°C registrado el 13 de agosto de 2016, durante el último "Súper El Niño", fenómeno meteorológico que se genera por el calentamiento de las aguas oceánicas y que trastoca periódicamente el clima del planeta.
Este domingo, en el comienzo de este mismo patrón climático, la temperatura global trepó a los 16.85°C, a ocho décimas de batir el registro de 2016. Las predicciones apuntan a que esta marca se quebrará en los próximos meses.
A nivel marítimo, la temperatura media de los océanos ya batió todos los récords. Es la más alta desde que hay registros oficiales, hace 40 años. "Estamos entrando en una frontera climática desconocida", advirtieron en abril los meteorólogos que trabajan en la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés).
La semana pasada, este organismo adelantó que, en este contexto récord, la mitad del océano global puede "experimentar condiciones de olas de calor marinas" para fines del verano.
"Las temperaturas de la superficie de alrededor del 40 % del océano mundial ya son lo suficientemente altas como para cumplir con los criterios de una ola de calor marina, un período de temperaturas oceánicas persistentemente cálidas y anómalas, que pueden tener un impacto significativo en la vida marina, así como en las comunidades y economías costeras", se alerta.
En este sentido, el nuevo pronóstico del Laboratorio de Ciencias Físicas (PSL) proyecta que este porcentaje aumentará a 50% para septiembre y podría mantenerse en esos niveles hasta fin de año.
"Sin duda, estamos en problemas", explica Dillon Amaya, científico investigador de PSL y codirector de la perspectiva experimental de olas de calor marinas de junio de 2023 de la NOAA: En nuestro registro de 32 años, nunca habíamos visto condiciones de olas de calor marinas tan generalizadas".
Las observaciones muestran que se están produciendo olas de calor marinas en vastas regiones del planeta, que incluyen: el Atlántico norte tropical, el Atlántico nororiental a lo largo de la costa ibérica hasta el norte de Irlanda y el Reino Unido, el Pacífico ecuatorial, el Pacífico nororiental, el Pacífico noroccidental en el mar de Japón, el suroeste del Pacífico justo al sureste de Nueva Zelanda y el oeste del océano Índico al sureste de Madagascar.
"Normalmente, podríamos esperar que solo alrededor del 10% de los océanos del mundo estén 'lo suficientemente calientes' para ser considerados una ola de calor marina, por lo que es notable alcanzar el 40% o el 50%, incluso con un calentamiento a largo plazo", detalla Amaya.
Sobre los impactos de estas olas de calor marinas tan persistentes, los científicos advierten que pueden perturbar los ecosistemas oceánicos y las comunidades costeras que dependen de ellos".
"Semanas, meses o años de aguas inusualmente cálidas pueden provocar la muerte masiva de peces, mamíferos marinos y aves marinas, perturbar las redes alimentarias y la pesca, blanquear los corales, estimular la proliferación de algas nocivas y eliminar las algas marinas. Miles de millones de dólares se pierden en este tipo de eventos en todo el mundo cada año", alerta el informe de NOAA.
"Cuádruple golpe"
La agencia Reuters contactó a varios científicos climáticos para entender por qué los océanos están "hirviendo". La agencia meteorológica de Australia adelantó, por ejemplo, que las temperaturas de los océanos Pacífico e Índico podrían ser 3 °C más cálidas de lo normal para octubre.
Para Piers Forster, profesor de física del clima en la Universidad de Leeds, los océanos están "siendo golpeados por un golpe cuádruple": El calentamiento global (factor principal), El Niño, la disminución del polvo del Sahara que sopla sobre el océano y el uso de combustibles marítimos con bajo contenido de azufre (nuevas regulaciones).
Annalisa Bracco, climatóloga del Instituto de Tecnología de Georgia, coincide en esta "combinación perfecta" y aclara que "el impacto ecológico podría perdurar" en el tiempo.
"El océano va a tener una respuesta muy lenta ya que acumula (calor) lentamente pero también lo mantiene por mucho tiempo", explica.
Según la agencia británica, el agravamiento de la crisis climática puede generar que Estados Unidos y China, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero, retomen el diálogo político sobre este tema.
La próxima semana, John Kerry, enviado especial de EEUU para el Clima viajará a Beijing con esta misión. "Estamos muy lejos del camino y más de la meta", reconoció el dirigente demócrata días atrás sobre la falta de políticas para mitigar el cambio climático.
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