El año pasado, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) publicó un informe titulado "Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación", uno de los problemas más grave que sufrirÃa la geografÃa y la economÃa española en los próximos años.
La estimación que hace la cartera que dirige Teresa Ribera es bastante sombrÃo respecto a la erosión del suelo y la escasez de agua. Se calcula que en el periodo 2023-2027, "el riesgo de erosión severa" afectará a a la mitad de las explotaciones solicitantes de PolÃtica Agraria Común (PAC), 396.673 explotaciones.
El porcentaje, aclara el relevamiento, podrÃa ser superior por el cambio de usos del suelo y por el incremento de cultivos leñosos permanentes: olivar, cultivos tropicales y frutos secos.
Dice el documento: "El potencial productivo que supone el regadÃo tiene como contrapartida el uso de un volumen importante de agua (en torno al 80 % del volumen total de usos del agua) en un paÃs con territorios donde esta es escasa. Entre 2010 y 2019 la superficie de regadÃo se ha incrementado un 14 %, mientras que la superficie cultivada total se redujo un 1,3 %".
Esta insostenibilidad ya se palpaba el campo. Este año, como adelantó LPO, la cosecha de mango se redujo un 80% en AndalucÃa. En el caso del aguacate la merma interanual fue del 50%.
Pese a este diagnóstico y esta radiografÃa, el mercado de los cultivos de regadÃo se sigue expandiendo y concentrando. Los grandes fondos inmobiliarios internacionales están cada vez más interesados en estas tierras.
Asà lo refleja el último informe de la consultora CBRE. En los últimos años, se multiplicó por diez el número de inversores que compran terrenos agrÃcolas y por quince los que entran en empresas agroalimentaria.
Para dimensionar el crecimiento de estas inversiones: en 2005, la compra de tierras agrÃcolas por parte de estos grandes jugadores no superaban las 20 transacciones. En 2022, la cifra se elevó a 200.
"El interés que despierta en la comunidad inversora se basa en las atractivas rentabilidades que ofrece y en la posibilidad que brinda a los inversores de desarrollar portfolios diversificados, lo cual minimiza la volatilidad y reduce el ratio riesgo/retorno de sus carteras. Además, el precio de la tierra productiva con agua es otro de los factores que motiva el interés por el sector", explica el informe de CBRE.
En el mercado agrÃcola entraron en los últimos años firmas como Nuveen o PSP, los mayores fondos de inversión en tierras de cultivo de Estados Unidos y América del Sur.
"La penÃnsula Ibérica juega un papel clave por su clima, la variedad de cultivos, la calidad de sus tierras, la eficiencia en sistemas de regadÃo y el tamaño de las fincas", detalla esta consultora.
Los analistas admiten que ante la "alarmante situación de escasas precipitaciones", las "tierras de regadÃo con acceso al agua se han revalorizado".
La organización agraria COAG viene desde hace años denunciando los nocivos impactos de "la uberización del campo", como se denomina a este cambio de modelo de producción primaria.
"Vienen buscando acaparar suelo y agua. Buscan sobredimensionar las explotaciones para reducir los gastos de la industria convencional. Frente a eso, no puede competir un agricultor", denuncia Francisco Elvira, secretario de Organización de COAG Jaén.
El relevamiento de CBRE adelanta que el desembarco de estos grandes fondos de inversión será mayor en los próximos años. "Se espera que el interés inversor continúa al alza debido a las atractivas rentabilidad que ofrece y al incremento de precio de la tierra productiva con agua".
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