Falta poco más de tres meses para las elecciones municipales y autonómicas y Pedro Sánchez quiere ir por el voto joven y por los más perjudicados por la situación económica, es decir, el electorado de Podemos. El presidente del Gobierno aprovechó la sesión de control en el Senado para referirse a la "asignatura pendiente" de su Ejecutivo: el acceso a la vivienda para los más jóvenes. Sin embargo, el proyecto de ley de vivienda sigue sin avances por las diferencias entre el PSOE, Unidas Podemos y los socios parlamentarios.
Los socialistas han buscado monopolizar la discusión, con la ministra Raquel Sánchez sosteniendo que "si hay un partido que ha trabajado por poner en marcha una polÃtica de vivienda ha sido el PSOE". Los morados, en cambio, insisten en que la ley no avanza porque el PSOE no da el brazo a torcer, en particular con la prohibición de los desahucios y la regulación del precio de los alquileres.
Desde Unidas Podemos hay declaraciones contradictorias. Gerardo Pisarello, diputado de En Comu Podem, se mostró optimista, si bien pidió al PSOE pisar el acelerador, mientras que Pablo Echenique admitió que "la reunión no ha ido tan bien como la última". Dentro del espacio confederal los morados lideran la negociación de la que participan ERC y EH Bildu.
"Los avances que nos habÃan comentado que podÃa haber la última vez, la mayorÃa no se ha sustanciado negro sobre blanco", dijo el portavoz de UP en el Congreso. Los socios menores del gobierno reconocen que habÃa voluntad polÃtica para que la norma salga en el primer semestre del año, pero que los socialistas quieren apurarla para abril por las urgencias de la campaña. El apuro significa que el partido de Sánchez presiona para cerrar un texto que los morados temen que salga "lavado".
El PSOE se muestra abierto a poner un tope a los alquileres, pero solo en las zonas tensionadas, y aumentar el número de viviendas de alquiler social, un punto en el que todos los partidos coinciden. Los socialistas proponen un doble arbitraje en el caso de los desalojos, que dé poder de mediación a las comunidades autónomas, un principio de acuerdo con los morados.
Las diferencias, que entre los socialistas juzgan de "menores" y podrÃan quedar atrás sin demasiado ruido, son el alcance de la ley, que Podemos pelea para que incluya a las viviendas que entran por primera vez en el mercado, y el umbral de viviendas para ser considerado un gran tenedor, que el PSOE fija en diez y los morados aspiran a rebajar a cinco. Para Podemos es imposible ceder en alguno de estos puntos.
Pero Sánchez necesita mostrar resultado en un área central de cara a la campaña. Los expertos del PSOE advierten que no hay margen para reforma una ley que termine siendo perjudicial para propietarios e inquilinos. Desde el PSOE dicen que la ley saldrá en las próximas semanas y sugieren que si la norma queda estancada, entonces Podemos deberá explicar por qué no prosperó. Es la ficha que se ha reservado Sánchez hasta el final.
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