Ante el escenario de una investidura imposible para Alberto Núñez Feijóo, los populares quieren hacerse con el control de la Mesa del Congreso. Tampoco será una tarea fácil, y no tienen asegurada la primacía allí, pero con el control absoluto del Senado, la formación conservadora se ilusiona con condicionar a Pedro Sánchez desde las Cortes. Aunque lo nieguen, Génova ha comenzado ya a plantear el asalto al Parlamento.

La reunión secreta entre Feijóo y Santiago Abascal, revelada por Vox el lunes, no versó tanto sobre un eventual Gobierno de derecha, sino sobre el reparto de sillones en la Mesa. El PP aspira a arrebatarle la Presidencia a Meritxell Batet, aunque los de Feijóo son conscientes de que el PSOE puede ganar la votación con mayoría simple y mantener el principal cargo del órgano gracias a los votos propios y a los de Sumar.

Salvador Illa propone condonar parte de la deuda catalana sin consultar a Montero y enciende a las demás autonomías

Para Vox la situación es más desesperada, porque los de Abascal tienen menos diputados que en la anterior legislatura, y sí o sí necesitarán que el PP les preste sus votos para retener la cuarta vicepresidencia o, en el peor de los casos, conformarse con alguna de las cuatro secretarías. Invirtiendo la lógica, el PP podría pedirle a Vox que resigne candidaturas y le brinde su apoyo para ganar terreno en la Mesa, si bien nada es gratis en política.

La actual presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxel Batet.

Europa Press

En Génova repiten que son el partido más votado y con mayor cantidad de escaños, por lo que les correspondería un lugar predominante en el órgano, una reclamación a la que los partidos nacionalistas hacen oídos sordos. Cuca Gamarra, jefa de la bancada popular, deja trascender por estas horas que esa lectura presenta sus fisuras. La Mesa que salga del 17 de agosto reflejará los ritmos y las prioridades de la próxima legislatura, pero también será un adelanto de la investidura de Sánchez.

El PP maneja dos opciones. La primera es negociar el respaldo o el voto en contra al PSOE y Sumar del PNV, desdibujado en la base parlamentaria por el crecimiento de EH Bildu, con el que los populares no han expresado la intención de conversar. Lo mismo sucede con los catalanes. ERC es una opción vedada, pero no así Junts. El cálculo es que, si no llegan a un acuerdo rápido con el Gobierno de coalición en funciones por la investidura, los posconvergentes boicoteen al PSOE y Sumar.

Para los socialistas el escollo no radica en la Presidencia, que ya dan por descontado que irá para Batet, una figura de perfil dialoguista y bien valorado incluso en sectores de la oposición, sino en las vicepresidencias

En cambio, para los socialistas el escollo no radica en la Presidencia, que ya dan por descontado que irá para Batet, una figura de perfil dialoguista y bien valorado incluso en sectores de la oposición, sino en las vicepresidencias. Actualmente están en manos del PSOE, PP, Unidas Podemos y Vox, una para cada partido y en forma decreciente. Los populares intentarán quedarse con dos de ellas y, si hay pacto, conservar una para la ultraderecha.

 Míriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso. 

Europa Press

Tanto el PP como el PSOE descartan que los partidos independentistas intenten quedarse con alguno de los sillones en juego. Según dijeron fuentes socialistas a LPO, hay negociaciones con los grupos para amarrar los apoyos necesarios bajo el argumento de que pactos para la investidura estarán atados por el funcionamiento del debate parlamentario. Es un punto a favor del oficialismo que los populares quieren romper.

Donde no hay negociaciones, habrá estrategia pura, contestan desde el PP. Irán por sembrar la discordia entre el Ejecutivo y su base de apoyo en el Congreso para dividir votos y tener chances de conquistar más espacios. Desde Ferraz sostienen que irán a las votaciones con acuerdos ya establecidos para evitar el embate del PP, que a su vez confía en que esos pactos se rompan para no darle todo el poder legislativo al PSOE y los de Yolanda Díaz.

Coalición Canaria rechaza un pacto con Vox y se abre a negociar gobierno con Sánchez

Los socialistas remarcan que están dispuestos a negociar todo con sus socios e incluso con BNG y Coalición Canaria. No sobra ningún voto y el PP y Vox, como están convencidos, irán juntos a intentar cerrarle paso al oficialismo. Como la votación es secreta, se pueden esperar sorpresas en lo que será un adelanto de lo que pueda suceder en el proceso de investidura donde Sánchez y Sumar se juegan la reedición del Gobierno de coalición de izquierda.