Los datos de construcción e industria de febrero que publicó el Indec el último viernes son alentadores: crecieron 8,6% y 8,7% respecto de igual mes del año pasado y retomaron la senda de expansión que la tercera ola de covid habÃa suspendido en enero.
Asà y todo, desde la consultora Invecq advierten que "es difÃcil encontrar razones que nos hagan pensar que la tendencia positiva que estos dos sectores vienen experimentando desde la salida de la pandemia se pueda mantener firmemente". En particular por las restricciones sobre las importaciones necesarias para cumplir con la acumulación de reservas comprometida con el FMI.
A la vez, en la consultora reconocen que "la obra pública puede significar un sostén. Siempre y cuando no se generen desvÃos respecto a lo pactado con el Fondo Monetario Internacional, la obra pública deberÃa alcanzar el 2,0% del PBI para fin de 2022, lo cual implicarÃa un aumento interanual de 0,5 puntos porcentuales del PBI".
En similar sentido, desde la consultora Analytica apuntaron que "si el gobierno quiere bajar la inflación, dado que los compromisos con el FMI suponen acumular reservas netas y que no dispone de financiamiento externo voluntario, debe renunciar a crecer. Como contracara, un déficit en la cuenta corriente supondrÃa apreciar el tipo de cambio y aumentar los salarios en dólares, impulsando la actividad económica y las importaciones y reduciendo la inflación de los bienes transables, lo que operarÃa como un ancla del nivel general de precios". Por eso, el Gobierno no hará demasiado por frenar la inflación,pero tampoco por crecer si las reservas o el déficit no lo permiten.
En efecto, los datos provisorios del primer trimestre dan cuenta de una primera revisión del FMI superada tanto en el frente cualitativo como en el cuantitativo. La asistencia financiera al Tesoro rondó el 0,15% del PBI, el déficit fiscal trimestral dejó margen para el segundo trimestre y el piso de incremento de las reservas netas se consolidó con la ayuda del desembolso del FMI.
Como señalan en Equilibra, para pasar la segunda revisión la meta de acumulación de reservas requiere del desembolso de unos 700 millones de dólares ya preacordados y la compra de reservas internacionales por unos 1.800 millones de dólares.
La meta no es tan exigente si se tiene en cuenta que solo en mayo del año pasado el Banco Central pudo comprar unos 2.100 millones de dólares en el mercado oficial (y más de 3.000 millones en el trimestre). Asà y todo, la necesidad de pagar importaciones de combustible arriba de los 100 dólares por barril dispararÃa las importaciones podrÃa desplazar el ingreso de algunos insumos industriales. Aunque este fenómenos se hará sentir más a partir de julio.
AsÃ, más difÃcil se pone el panorama para importar en la segunda mitad del año, cuando se terminen los agrodólares de la cosecha gruesa: "La segunda mitad del año será más desafiante para la acumulación de reservas netas del Central. Con el fin de la temporada alta de liquidación de agro-divisas también comienza el perÃodo de mayor demanda de divisas para importaciones energéticas. El Central deberá sumar US$ 300 millones de reservas netas en el tercer trimestre y US$ 1.400 millones en el cuarto, y si bien posibles desembolsos de bilaterales o la utilización del swap con China para pagos de comercio internacional pueden dar algo de oxÃgeno, la tarea será complicada", señalaron en Equilibra.
Por eso, para Invecq de cara al futuro el crecimiento de la industria y la construcción no está asegurado. Es que además de la restricción de divisa se suma que "el equipo económico parece resistirse a contrarrestar el atraso cambiario que viene sufriendo el tipo de cambio oficial los últimos meses. Todo este combo será una traba al momento que los empresarios requieran de dólares para importar y mantener su producción en movimiento (en febrero solamente 12% de lo importado fueron bienes de consumo, el resto fueron bienes de capital, intermedios o insumos), ya que aun considerando una importante entrada de agrodólares, es probable que la cantidad de divisas no sea suficiente para satisfacer todos los frentes".
"En cuanto al aspecto monetario, tanto el Banco Central como el Ministerio de EconomÃa vienen llevando adelante una polÃtica contractiva de suba de tasas de interés que podrÃa afectar negativamente la actividad productiva en el corto plazo. Adicionalmente, esto se ve potenciado nuevamente por parte de los compromisos asumidos con el Fondo Monetario Internacional, en los cuales el Ministro de EconomÃa, MartÃn Guzmán, se comprometió a reducir drásticamente la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro, reemplazando esa entrada de fondos por liquidez captada en el mercado interno. Como consecuencia, ya se está evidenciando un alto direccionamiento del ahorro hacia las colocaciones de deuda del Ministerio de EconomÃa, desviando parte de lo que podrÃa orientarse a financiar capital productivo", agregó Invecq.
La tercera amenaza para la industria, además de la restricción externa y la baja disponibilidad de financiamiento, es la caÃa de la demanda interna por la erosión a los ingresos que genera la aceleración inflacionaria. Como adelantó este medio, para bajar el déficit el Gobierno necesita que la inflación sea más alta que el año pasado.
Yen cuarto lugar, se suma el tema de los cortes programados que Guzmán busca evitar con las recientes negociaciones con Brasil y Bolivia: "De todas formas, el gobierno ya anticipó que de haber faltantes priorizará mantener el servicio a las familias, lo que podrÃa provocar posibles cortes al sector productivo y consecuente reducción en el uso de la capacidad instalada", concluyó.
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